Desenmascarando al Progresismo en Guatemala, Parte III – Progresismo Internacional
Por Salomé
Como comenté en las dos primeras partes de este análisis, mi objetivo es trasladar conocimientos a la población guatemalteca para que puedan formarse criterios. En mis blogs pretendo discutir un poco más a fondo sobre temas que no se hablan y no se discuten en Guatemala.
En esta oportunidad hablaré un poco sobre el «Progresismo Internacional» o «Progressive International», es decir una poderosa red global de izquierda que promueve sus ideologías bajo el concepto de «progresismo» (ver mi primera entrada donde discuto ese concepto). Trataré de ser breve e ir al grano.
Origen y posturas
A raíz de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2016, la izquierda en Estados Unidos se dio cuenta de que algo le estaba fallando y había que tomar acciones al respecto. Uno de los principales exponentes de esa izquierda era el entonces representante del Partido Demócrata, Bernie Sanders, famoso por sus posturas abiertamente socialistas.
Ante la llegada de Donald Trump al poder en el 2016, Sanders advirtió «la llegada de un nuevo eje autoritario» junto con los gobiernos que todavía no se alineaban con las políticas progresistas, como Rusia, Hungría, en ese entonces Brasil con Bolsonaro y en ese entonces Colombia, entre muchos otros.
Él lo llamó una falange internacional de regímenes autoritarios de derecha, y para frenarlo era necesario un movimiento progresista internacional, de lo contrario las consecuencias serían globales ya que el futuro del planeta estaba en juego.
Fue así como el Instituto Sanders, apoyado por intelectuales de la izquierda estadounidense como Noam Chomsky, movió los hilos en Europa para aliarse con el Movimiento por la Democracia en Europa (DiEM 25) que promovía en aquel entonces el izquierdista griego Yanis Varoufakis. Esta alianza sirvió para animar a las fuerzas progresistas en todo el mundo a unirse y organizarse.
Finalmente, este movimiento se articuló como un frente común propio de la izquierda global. Y es así como en mayo de 2020 se constituye el Progressive International bajo los términos de movimiento «democrático, descolonizado, justo, igualitario, liberado, feminista, ecológico, pacífico, poscapitalista, próspero, plural y unido por el amor radical». Con esto queda claro cuáles son sus posturas y políticas.
Desde su inicio se integraron representantes de la izquierda latinoamericana y del Foro de Sao Paulo, como Rafael Correa de ecuador, o representantes del gobierno de Evo Morales de Bolivia o incluso Mariela Castro, la hija de Raúl Castro, diputada de la Asamblea Nacional de Cuba.
Es curioso ver como ya en 2023 el Progressive International organiza un Congreso nada menos que en La Habana, Cuba. Desde aquí podemos ver que la postura del Progresismo Internacional es ambivalente en lo que respecta a la democracia, pues valida regímenes autoritarios como el de Cuba, al que lejos de criticar o por lo menos cuestionar, elogia su «legado de la lucha anticolonial».
Queda claro que la democracia para el Progresismo Internacional es mera retórica, pues promueve un resurgimiento del Movimiento de Países no Alineados, como lo es la misma Cuba o Nicaragua (por hablar solo de Latinoamérica), aunque reconoce que las elecciones son un paso importante hacia el objetivo de construir poder popular a escala planetaria, deja entrever que la democracia está bien siempre y cuando ayude a la izquierda a llegar al poder, pero si la izquierda llega al poder por medio de golpes tampoco está mal.
Objetivos de Progressive International
Con base en lo dicho en los párrafos anteriores, podemos intuir que las posturas de Progressive International son las de la izquierda radical.
El objetivo principal se podría resumir como la erradicación del capitalismo, o en otras palabras el orden hegemónico neoliberal, conservaror y soberanista a nivel global.
Es interesante como están intentando acuñar el término poscapitalismo (este tema lo intentaré analizar en una futura entrada de mi blog). Para llegar a este objetivo el Progresismo Internacional sirve como una plataforma internacional que promueve políticas anticolonialistas, ya que considera que el poder hegemónico neoliberal «coloniza» los estados por medio de su sistema financiero y opresor.
Un caso ejemplar es el apoyo hacia el estado Palestino en su lucha contra Israel; políticas ambientalistas, pues considera que el capitalismo explota y despoja los recursos naturales a los países, causando daños ambientales irreparables, esto se traduce en el apoyo de protestas y ONGs anti minería, anti hidroeléctricas, etc.; políticas antiimperialistas, pues promueve una lucha conta la hegemonía neoliberal a través de un frente de fuerzas progresistas a nivel planetario, para esto se valen de causas como el indigenismo y sus derechos para su autodeterminación, lo que abre el espacio para ONGs e Instituciones, es decir un frente más de desgaste para el orden hegemónico neoliberal, conservador y soberanista; políticas feministas, pues considera que el capitalismo es una estructura patriarcal de opresión y es necesario romper las estructuras binarias de género, aquí promueve el activismo de género, que no se limita a las marchas de feministas radicales el 8 de marzo, sino que sirve para exigir la creación de instituciones donde las activistas de género pueden atrincherarse y atacar estructuras conservadoras como las iglesias, la familia, promover el aborto y ¿por qué no decirlo? la ideología de género.
Un caso de estudio puede ser cómo el gobierno progresista de Boric estuvo promoviendo la Reforma Constitucional en Chile. Querían una Reforma Constitucional a medida de los objetivos progresistas, fue rechazada por la población dos veces, pero mientras siga mandando un régimen progresista, es probable que intenten de nuevo.
Otro ejemplo que está sucediendo en México, donde gobierna Claudia Sheinbaum, son las múltiples enmiendas a la Constitución mexicana, que poco a poco va abriendo espacios para que los postulados del progresismo puedan promoverse sin ningún obstáculo legal.
No me extenderé mucho más. Creo que con esto queda claro que el Progresismo Internacional promueve los mismos postulados que la izquierda ha promovido desde antaño, es decir una lucha de clases contra estructuras opresoras de las cuales hay que liberarse, con la diferencia que esta lucha ya no es solo en el plano económico o político (burgueses y proletarios) sino que cada vez se va multiplicando para abarcar todos los campos imaginables como el cultural, el sexual, ambiental, climático, racial, religioso, etc. Pues en todos lados ven estructuras capitalistas opresoras de las cuales hay que librarse.
Organización, alianzas y relación con el Movimiento Semilla en Guatemala
Como vemos, el Progresismo Internacional es una poderosa plataforma con alcance global, mucho más grande que el Foro de Sao Paulo o que el Grupo de Puebla, pues tiene representantes por todo el mundo, desde China, Palestina y África hasta Guatemala.
El Progresismo Internacional funciona como una plataforma que provee espacios de difusión, herramientas políticas, académicas, jurídicas, para que las fuerzas progresistas a lo largo y ancho del mundo puedan promover las ideologías y alcanzar los objetivos mencionados arriba.
El Progresismo Internacional se conforma con más de cien organizaciones, desde partidos políticos, tanques de pensamiento, sindicatos, asociaciones, medios de comunicación, centros de investigación, etc.
En Guatemala están representados por el Movimiento Semilla. De aquí podemos concluir que el Movimiento Semilla no solo está alineado ideológicamente con los postulados descritos arriba, sino que las tácticas para alcanzar sus objetivos son las mismas.
Para ello se valen de una narrativa que aprovecha los casos de corrupción para promover el relato de que todos los partidos son corruptos, todos los políticos son oportunistas y que todo lo anterior a ellos es un completo fracaso.
El discurso anti élite apoyado internacionalmente por otros miembros del mismo Progresismo Internacional, sugiere que debe haber un cambio para purificar y reinventar el sistema. Y es aquí donde se comienza a abrir una puerta para una Reforma Constitucional, tal y como se ha intentado hacer en Chile, o como ya se está haciendo en México.
Sin embargo, el nivel de credibilidad y aceptación de Bernardo Arévalo es extremadamente bajo, como para aventurarse a promover un proyecto como una Reforma Constitucional, por lo menos mientras su popularidad se mantenga baja. Lo que sí está claro es cuál es su objetivo a largo plazo y que en este punto Bernardo Arévalo no está solo, sino que más bien es el representante local de un entramado global que promueve la idea de que es necesario acabar con el orden neoliberal, conservador y soberanista.