Parlacen y Parlamento Andino: desconocida, inútil y costosa politiquería
Quod Pertinet – Internacional
La política, como el derecho, cuando noble y honorablemente ejercida, es un oficio estrechamente ligado con la burocracia por cuanto requiere de esta para lograr sus propósitos. Infortunadamente, debido a que tanto la política como la burocracia llevan décadas en manos de las más codiciosos, inmorales y criminales personas de las que se tenga conocimiento, su significado se desconoce y su valor está en negativo. Empecemos entonces por ponernos de acuerdo en lo que este par de conceptos significan y/o representan.
La política puede entenderse como un ejercicio social en el que unas personas que detentan el poder para organizar una sociedad, toman decisiones y aplican medidas tendientes a garantizar el eficiente, seguro y armonioso funcionamiento de esa sociedad con el propósito de mantener una sana convivencia entre todos sus miembros.
A su vez, la política necesita de la burocracia para lograr sus objetivos porque es por intermedio de la burocracia que se establecen los procesos centralizados o descentralizados, según se requiera, para definir y asignar responsabilidades conforme a las capacidades especiales que se requiera para cada caso, al tiempo que se fijan las jerarquías que regirán las relaciones entre las personas. En resumidas cuentas, se cuenta con la burocracia para, además de alcanzar los propósitos y objetivos trazados, esto se logre de la manera más eficiente posible, es decir, en el menor tiempo y al menor costo posible. Estos son los propósitos de la política y de la burocracia cuando bien aplicadas. Otra cosa totalmente opuesta es la ahora imperante politiquería, y para la muestra dos botones idénticos, uno de Guatemala y otro de Colombia.
Alguno de mis hermanos Guatemaltecos sabe lo que es el “PARLACEN” ? Apuesto que no… Pues entérense: El PARLACEN es la abreviatura de PARLAMENTO CENTROAMERICANO, y no pasa de ser, además de un “premio de consolación” para veinte (20) politiqueros de las naciones miembros que no logran hacerse a curules en el legislativo de sus países, otro fortín más de la politiquería centroamericana. Creado desde 1991, este otro parapeto de la politiquería centroamericana está conformado por “diputados” de El Salvador, de Guatemala, de Honduras, de Nicaragua, de Panamá, y de República Dominicana. Si esto fuese una entidad importante y necesaria para los Guatemaltecos, tendría unos propósitos claramente trazados y logrados de manera eficiente, pero no hay ni de lo uno, ni de lo otro. Presten atención a la vaguedad de algunos de sus supuestos propósitos:
- ”Promover la voluntad política, el compromiso y la participación de los actores fundamentales del proceso de integración de los miembros centroamericanos”,
- “Promover la paz”
- “Promover la democracia”
- “Promover los Derechos Humanos”
… Es decir, politiquería pura y dura por inútil y por costosa pues, además de proclamar ocuparse de obligaciones constitucionales que tienen los órganos legislativos de sus naciones miembros, en el mejor de los casos y sin contar viáticos, los “honorables” diputados de toda y cualquier dispensable corporación “multilateral”, ganan igual que un congresista de su nación. Y obviamente, toda esta improductiva politiquería es financiada con el trabajo de los ciudadanos de bien de cada una de las naciones miembros…
En Colombia, el bodrio politiquero equivalente al PARLACEN Centroamericano, es un tal PARLAMENTO ANDINO. También, se trata de otro “plan B” que afortunadamente hace poco redujo su cupo de 22 a cinco (5) insignificantes politiqueros de 5 de las 7 naciones que compartimos ser cruzadas por la cadena montañosa de Los Andes – no hacen parte de este “parlamento” ni Argentina ni la colonia cubana de Venezuela)… ¡Este fue el pretexto para crearlo desde 1969! Los miembros actuales somos Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, y Perú. Al igual que con el PARLACEN, presten atención a la contundencia, así como a la posibilidad de evaluación y de seguimiento que tienen algunos de sus “propósitos”:
- “Promocionar y orientar el proceso de integración”,
- “Control político para examinar el proceso de integración y el cumplimiento de sus objetivos”,
- “Promover la armonización de las legislaciones de los países miembros”,
- “Participar en la generación de normativa del proceso de integración…”,
- “promover relaciones de cooperación y coordinación con los Parlamentos de los países miembros…”.
Hermanos Iberoamericanos ¡es hora de parar el continuado y cada vez mayor desangre que de las finanzas públicas de nuestras naciones hacen estos codiciosos politiqueros inventándose cargos para sus colegas! Debe haber eficiencia en todo lo que se gaste.
Hermanos Iberoamericanos ¡no podemos seguir permitiendo que inescrupulosos e improductivos politiqueros diezmen nuestra soberanía y autonomía como naciones pactando quien sabe qué y con quienes, a nuestras espaldas!
Hermanos Iberoamericanos ¡basta ya de permitir que insaciables parásitos profesionales de la politiquería vivan de no hacer nada y posando de lograr unos supuestos propósitos cuyos resultados no pueden ser cuantificables, calificables, ni tienen límite de tiempo para lograrse!
Hermanos Iberoamericanos, ¡encarguémonos como ciudadanos de hacer lo necesario para acabar con esas sinvergüenzadas de PARLACEN y de PARLAMENTO ANDINO como primer paso para retirarnos después de la tiranía criminal globalista que desde la ONU, la OEA, el FMI, y la OMS se nos quiere imponer. Exijamos más a nuestros cuerpos legislativos, cero delegar.
Nunca como ahora ha sido tan necesario que los ciudadanos de bien nos unamos para hacer respetar nuestra dignidad, nuestras libertades, nuestra independencia y nuestra autonomía como naciones, sustituyendo la politiquería por la política. Además de estar corriendo peligro nuestras vidas y nuestro futuro como países con un estado de derecho vigente, también están corriendo gravísimo peligro de ser borrados otros invaluables bienes inmateriales y motivo de justificado orgullo como nuestras riquezas y diversidades culturales, nuestras historias, y nuestras ancestrales tradiciones. No es tan difícil como parece, sobretodo porque los ciudadanos de bien somos una mayoría aplastante, en tanto que los politiqueros y sus cómplices son una tan despreciable como dispensable minoría de codiciosos trastornados.
François R. Cavard M.