Congreso: poco más y poco menos que un circo
Un lamentable espectáculo ofrecieron los «dignatarios» de la Nación durante la fallida elección de Junta Directiva, cuando la bancada oficialista y sus aliados no lograron los votos necesarios para designar a Samuel Pérez como representante del Congreso ante la Junta Monetaria.
Redacción
En el brevísimo tiempo que lleva esta legislatura, ya tiene un claro sello de caos y confrontación, que se evidencia con las siguientes características:
Improvisación. Por ejemplo, ayer clamaban por una ley para bloquear las señales de celular en las cárceles, sin tomarse el trabajo de investigar antecedentes, ya que la referida ley fue declarada inconstitucional por la Corte de Constitucionalidad en 2016, cuando Gloria Porras reinaba en esa instancia (y la Fiscal General Consuelo Porras era magistrada suplente)
Obediencia ciega a los organismos supranacionales. Financistas y articuladores del proceso electoral, los «países donantes» esperan que el Congreso apruebe una serie de normativas vinculadas con la implementación de la Agenda 2030 u ODS: Por ejemplo, la ley que supuestamente promueve alimentación saludable, riñe con la integración centroamericana y perjudica tanto a comerciantes como a consumidores, al elevar precios. Asimismo, la ley de competencia y muchas otras que habían sido aprobadas en primera o segunda lectura hace años y ahora se aprueban con rapidez impresionante.
Violencia, irrespeto y polarización. Según parece, Mario Taracena dejó su huella permanente en muchos legisladores, que a semejanza de él, hacen un circo del hemiciclo y no vacilan en ofrecer lamentables espectáculos, desde el 13 de enero cuando el grupo de Semilla pateó puertas y se treparon en los muebles del lugar que supuestamente, es el «altar de la democracia», para exigir que Samuel Pérez fuera nombrado presidente del Congreso. Y aunque apenas duró un día, fue suficiente para mostrar que el oficialismo, aunque independiente como bancada, quiere tener «la sartén por el mango».
Ruptura del pleno, una «táctica parlamentaria», dice Rivera
Ayer se repitió la función del 13 de enero y los novatos legisladores se exhibieron como personas sin control de emociones pero sobre todo, sin el menor respeto al hemiciclo. Entre gritos, empujones y otros exabruptos, parecían hinchas de fútbol en un encuentro del clásico pero jamás «padres de la patria».
Finalmente, el zafarrancho no logró más que hacerlos quedar en ridículo y Pérez no obtuvo los votos que requería. Nuevamente, Samuel Pérez intentó imponer su voluntad y saltar de la simple curul hacia horizontes más altos, como sería representar al Congreso en la JM.
El diputado reelecto de Victoria, Juan Carlos Rivera Estévez, se hizo notorio por primera vez, aunque no es de los novatos. Esta es la tercera vez que se elige diputado: hace varios años, con el Partido Patriota (PP), en 2019 con Victoria y recientemente se reeligió. Rivera es del famoso clan familiar de políticos locales, en el que hay varios alcaldes y diputados, desde 1996 cuando el patriarca del clan fue alcalde de Mixco.
Pese a la gran experiencia e impresionante bagaje político familiar, Rivera es de esos diputados que raramente figuran en los medios. Sin embargo, ayer resaltó por romper el quorum, lo que parece una acción favorable a Semilla. Como respuesta a señalamientos, afirmó que se trata de una «táctica parlamentaria» válida cuando no se está de acuerdo y aseguró que no había recibido presiones de ningún otro partido para ejecutar esta acción, similar a las que desde la UNE, encabezaba Mario Taracena.
En síntesis, la sesión de ayer en el Congreso deja a los guatemaltecos la imagen de 160 dignatarios de la nación, que reciben ingresos considerables del Estado, actuando como porras violentas en un estadio deportivo. Mientras, Guatemala se deteriora cada día en todos los aspectos.
Según el bloque Vamos, interrumpir esta sesión amerita acciones legales.
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