“Las siete máscaras del ego”: Eduardo Canjura expone en Casa Ibargüen
La histórica Casa Ibargüen abre sus puertas a una muestra que invita a la introspección y al reconocimiento de nuestras múltiples identidades: “Las siete máscaras del ego”, del artista Eduardo Canjura, un recorrido simbólico y profundamente humano, a través de siete esculturas que representan arquetipos universales: el Poderoso, el Seductor, el Guerrero, el Bufón, el Místico, el Sabio y el Mártir.
Redacción
La exposición, que se inaugura el jueves 5 de junio a las 17:00 horas, estará abierta al público hasta el 16 de junio. Esta muestra, propone un recorrido simbólico a través de siete esculturas que retratan los arquetipos con los que construimos y ocultamos nuestra identidad.
El proyecto nace de la inquietud personal del artista. “Siempre me ha obsesionado cómo actuamos, aparentando ante otros y ante nosotros mismos”, comenta Canjura.

La primera escultura modelada marcó el inicio de una serie que evolucionó hasta convertirse en una narrativa compuesta por siete máscaras: el Poderoso, el Seductor, el Guerrero, el Bufón, el Místico, el Sabio y el Mártir.
“No son personajes inventados”, aclara el artista, “son facetas humanas que todos reconocemos en nosotros mismos”.
¿Qué representa el ego?
Sobre el concepto central que da nombre a la exposición, Canjura es claro:
“El ego es una herramienta ambigua: nos permite sobrevivir, pero también nos encierra en personajes que creemos ser. En esta muestra no lo juzgo. Lo expongo tal como es: necesario, pero también limitante. Todos actuamos, consciente o inconscientemente, para proyectar una imagen. Eso es el ego: una construcción que a veces nos protege, y otras, nos aleja de lo esencial”.

Un viaje de transformación interior
Más que una serie escultórica, la muestra está diseñada como un recorrido narrativo. “Comienza con el ego que desea poder, y concluye con su disolución”, explica Canjura.
El espectador se enfrenta, paso a paso, a distintas expresiones del ego: desde el deseo de dominio hasta la aparente sabiduría o el sacrificio que raya en el martirio. La intención no es juzgar estas facetas, sino exponerlas, invitando a reconocerlas y cuestionarlas. “No es un camino moralista, sino una invitación a la reflexión.”

Materialidad del ego
El proceso de creación tomó aproximadamente un año. Algunas esculturas surgieron con fluidez, como la del Seductor; otras, como el Místico, exigieron múltiples versiones antes de lograr un equilibrio entre devoción y fanatismo. “Cada escultura implicó una búsqueda interna antes de poder materializarla”, señala Canjura.
El artista eligió modelar las piezas en plasticina, para luego fundirlas con una mezcla de resina y polvo de mármol. “Buscaba un material que transmitiera solidez, textura y fragilidad a la vez, como el ego mismo.” Entre todas, destaca la del Bufón como la más honesta: “Todos usamos el humor para esconder algo, y en esa pieza se revela esa tensión entre la risa y el dolor.”


Casa Ibargüen: pasado y presente del alma humana
La decisión de presentar esta obra en Casa Ibargüen no fue casual. Para Canjura, exhibir allí tiene un peso simbólico profundo.
“Es un lugar con historia, en el corazón del Centro Histórico. Así como el ego es atemporal, también lo es la lucha con nuestras máscaras. Hace más de cien años, en esta misma casa, las personas también lidiaban con sus roles y deseos; hoy lo seguimos haciendo, solo que ahora con las redes sociales que nos permiten perfeccionar nuestras máscaras” destaca el artista.
Casa Ibargüen, construida a inicios del siglo XX, ha sido sede de iniciativas culturales clave y es un referente patrimonial que mantiene vivo el vínculo entre arte, memoria y ciudad. Con esta exposición, reafirma su vocación como espacio para el pensamiento crítico y el arte contemporáneo.
Lo que viene: una mirada a las Virtudes
Tras este ambicioso proyecto, Canjura ya prepara una nueva serie que girará en torno a las Virtudes. Esta vez, explorará la arcilla como material principal, rescatando su versatilidad y su conexión con el pasado prehispánico.
“Es un material cargado de historia y de humanidad. Me interesa trabajar lo que nos construye, no solo lo que nos oculta.”

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