Darío Escobar: “mi trabajo siempre ha sido una conversación constante con la historia del arte”
Darío Escobar es un artista cuya proyección lleva el nombre de Guatemala a los escenarios más importantes del arte contemporáneo. Su exposición temporal “La palabra es de plata, el silencio de oro”, tuvo tanto éxito en el Museo Nacional de Arte (MUNAL) de México, que se prorrogó durante un año. Entrevistado por 24:7 Prensa Digital, Escobar conversó sobre el diálogo e investigación permanentes que sostienen su obra.
Redacción
Visitar el estudio de un artista siempre tiene toques de aventura. Y más aún, si el artista es un investigador incansable que desechó el estereotipo romántico del creador como un ser inspirado, sufrido y lleno de tormentos, y se inclina por el trabajo que resulta de un proceso continuo de cuestionamiento e investigación sobre su entorno.
Observación, disciplina y cooperación de equipo son tres de los elementos que apuntalan la obra de este arquitecto guatemalteco quien reside entre México, Guatemala y otros países, pero mantiene acá una base permanente, donde miembros de su equipo de trabajo manufacturan, clasifican y mantienen su taller en funcionamiento.
Según afirma Escobar, la exhibición fue una respuesta a 27 años de carrera. Fue invitado por la directora del MUNAL, Carmen Gaytán, a quien “le gustaba relacionar las piezas de museo con prácticas contemporáneas, con gran interés en ampliar las perspectivas y horizontes para los nuevos públicos”.
“Tomando en consideración el tamaño y formato del museo, que es histórico y alberga obras de diferentes épocas, decidí conexar mi trabajo con la colección virreinal, porque me parecía que era un nexo importante coordinar una ruta entre México y Guatemala o Centroamérica, me pareció que conversar a través del arte que compartimos cuando éramos un mismo espacio, era interesante”, explica.
Darío Escobar es arquitecto y su trabajo de arte visual se caracteriza por la investigación formal y conceptual de los objetos, cómo estos se insertan en las artes visuales para entablar un diálogo con la historia del arte.
Es un trabajo que cuestiona muchos aspectos de la contemporaneidad: la relación con la cultura de masas, las identidades a partir del consumo, lo popular y lo culto. Desde 1997, realizó obras con infinidad de productos industriales y de consumo, que van desde vasos y cajas de comida “chatarra” hasta materiales para equipo deportivo, construyendo un diálogo continuo con la realidad del consumismo global.
Guatemala, literatura y artes visuales
“Mi trabajo siempre ha sido una conversación constante con la historia del arte desde un lugar como Guatemala. Mario Roberto Morales, un escritor a quien aprecié mucho, siempre decía que Guatemala sin lugar a dudas es un país que después de Haití tiene los mejores premios en lo malo pero al mismo tiempo, siempre estuvo en la vanguardia en producción de artes visuales y de literatura. No ha puesto un granito de arena, ha tenido una gran cuota de participación en el desarrollo de estas manifestaciones a nivel mundial.
No tenemos que ir muy lejos para ver lo visionario que fue Carlos Mérida a principios de 1900 para elaborar las fases del arte geométrico en un país donde todavía querían representar la figuración”
Un niño que no jugaba fútbol (pero ama las pelotas y expuso en un estadio)
Entre sus trabajos más emblemáticos están las instalaciones con pelotas de fútbol, que como se aprecia en su taller. Un miembro de su equipo nos explica algunas fases del proceso que termina en instalaciones enormes.
Una de ellas consiste en una construcción con 500 pelotas de fútbol en siete módulos, presentada en Josee Bienvenu Gallery de New York. Otra de estas obras está en el estadio Mercedes Benz, Georgia; en el de los Atlanta Falcons y el Atlanta United.
Escobar es el único entre 100 latinoamericanos elegido para exponer su arte en este estadio, donde instaló 1,500 pelotas de fútbol con los colores rojo, negro, blanco y dorado.
Paradójicamente, o probablemente por ello, confiesa que de niño no era de los que corren tras un balón. Evidentemente, el diálogo con el fútbol y otros deportes, lo entabló desde la perspectiva del artista que observa y documenta su mundo.
El taller, donde se observa el proceso de las instalaciones con pelotas de fútbol
“Era más chapín fuera de mi país”
Con fotografías de las 32 obras expuestas en el MUNAL, y textos de Michel Blancsubé, Julia Buenaventura, Dan Cameron, Thomas B. F. Cummins, José Luis Falconi y Javier Prayeras, INBAL, en coedición con el MUNAL produjo el libro “La palabra es de plata, el silencio de oro”, lujoso catálogo donde las fotografías están acompañadas por las letras de los curadores, escritores e investigadores ya mencionados.
Recordando a uno de ellos, Darío Escobar menciona: “decía Dan Cameron que me tardé mucho tiempo en salir de Guatemala a otro país. Probablemente yo tenía miedo de perder mi inspiración que venía directamente de Guatemala, pero en el camino descubrí que era más chapín fuera de mi país porque pude ver con distancia muchas cosas que fortalecieron mi identidad como guatemalteco”.
Palabras de plata, silencio de oro en Guatemala
En mayo, Darío Escobar regresó a su taller y a la compañía de sus amigos cercanos, para presentar el libro. El evento se realizó en Catafixia, librería y editorial situada en el histórico Pasaje Rubio que se inauguró en enero de este año.
Más que una presentación formal, los presentes fueron partícipes de un conversatorio entre Darío Escobar y Javier Payeras, quienes comentaron la obra y recorrieron los 27 años de trayectoria a través de las palabras.
La presentación en Guatemala: Escobar y Payeras en Catafixia.