La cancelación en la era de Semilla: “el racista”
Por Julio Abdel Aziz Valdez
Guatemala ha entrado a una nueva era. Así es, el wokismo victimista se ha hecho con el poder, el activismo feminista, Lgtbiq, indígena-ancestral, ambientalista, los teólogos de la liberación y un poco el clasismo mas denostado hacen gobierno. Es una verdadera fiesta; esto es lo más cercano que habrá de una revolución. Claro, no es el mismo premio mayor como si hubiera ganado URNG, Winak, o el MLP, pero como premio de consolación está bien, o al menos para la nueva casta dirigente que sigue con un pie en la militancia y es que necesita de ella para mantener firme su conexión a tierra.
Pero aún cuando parezca que esto es ya el paraíso sobre la tierra del quetzal, no todo es miel sobre hojuelas, todavía hay muchos que ahora se ubicarían en el plano contrario: la siempre molesta disidencia o como nos han llamado, y claro que me incluyo dentro, los del “pacto de corruptos” “el netcenter” “la derecha recalcitrante” “los conservadores” (miento, esto lo dice Andrés Manuel López Obrador).
En fin, los calificativos para los enemigos parecen ser poco comprendidos para la militancia que todavía intenta formar su propia brecha corta fuegos contra sus enemigos para, ocasionalmente destruirlos. Entonces están recurriendo a conceptos ya acuñados y mas conocidos, como por ejemplo el famoso “racista”, acusación que se me ha endilgado recientemente en las redes.
En estos casos vendría muy bien ponerse los zapatos de los activistas que, constantemente, buscan posicionarse ante la opinión pública como víctimas, y afirmar que “me están criminalizando”, pero creo que ese papel no me sienta bien y es bastante irritante, a decir verdad.
Siempre hay personas que defienden a políticos, y las razones son varias. Ejemplo porque estén de acuerdo con lo que proponen, o bien contra lo que luchan, pero también están los que lo hacen porque es su trabajo, O sea, reciben un pago por ello, En fin, no sabemos que está ocurriendo en la mente de estos defensores anónimos, pero lo que sí sé, es que para defender con un mínimo de inteligencia contra un critico que proporciona argumentos, obviamente es con contra argumentos, demostrando que ese personaje se equivoca o vaya, que manipula los hechos, pero en mi caso, las acusaciones son simplemente “sos un racista” .
¿Por qué cree eso? es mi pregunta, y la respuesta que queda en el aire y que no me han explicado es: “porque criticas a los 48 Cantones, autoridades ancestrales o vaya a políticos indígenas”, ¿Cómo así? “Si, los políticos indígenas son seres de luz (los políticos no la población en general) son intocables e incuestionables, de hacerlo se incurre en racismo”.
Creo que estaba equivocado al partir de que el racismo, además de visualizarse con expresiones de desprecio o prejuicio por cuestiones de raza o de cultura (es el caso de Guatemala), a un grupo minoritario. O como otros dicen, es una muestra de poder de un grupo sobre otro a partir de esas mismas estigmatizaciones. De ahí, que “los indígenas no pueden ser racistas contra los ladinos” (un razonamiento por demás carente de toda inteligencia). En fin, ahora resulta, que como sucede con el femicidio que prácticamente abarca todo tipo de agresión conta mujeres, el racismo es cualquier opinión contra personas que se asuman como indígenas, y no me refiero a generalizaciones llenas de ignorancia sino a cuestionamientos a líderes, intelectuales y políticos que han hecho de su pertenencia étnica un discurso, un performance para ser reconocido por funcionarios extranjeros llenos de culpa e ignorancia. Aclaro en este punto: desprecio todo tipo de afirmación o insulto que intente perpetuar prejuicios hacia la totalidad de la población indígena. Los ha habido y muchos, y estos son a la larga igual de tóxicos que los que creen que por ser indígenas se merecen un sitial de honor.
No acepto, y tengo derecho a ello, que se me acuse o señale de racista por afirmar que los dirigentes indígenas auto asumidos como ancestrales son políticos y como tal actúan que han sido autoritarios, violentos, megalómanos y etnocéntricos. Si por decir esto, que es mi verdad, y que probablemente concuerde con la de otros, se me acusa de lo antes dicho no me queda mas que seguir adelante y ser mucho mas claro en lo que digo para que esos defensores en red no se calcen guantes que no les quedan.