¡Mienten!
Inés de Ibargüen
Es curioso vivir en estos momentos en Guatemala. Todo gira alrededor de la segunda vuelta. Muchos, o casi todos, sabemos que estas elecciones están manipuladas.
Pero la tendencia casi general, especialmente desde las instituciones e incluso los partidos afectados, es que el proceso siga ¡porque esta es la ley!
Unos están preocupados por sus tierras, otros porque lucraron desordenadamente en este gobierno y otros tienen pánico de la agenda 2030, y este miedo los lleva, como burros vendados, a inclinarse hacia la candidatura de la que se sabe estuvo implicada en un secuestro, abusa de la ley, fue demandada más de una vez, su partido debió ser cancelado y mucho más.
Otros aún, desesperados por el desastre que generó el actual gobierno, ya que tuvo en sus manos miles de millones para apalear la pandemia pero que no usó ni medio “len” para ello y finalmente, se llenaron las bolsas de plata.
También están los que ven como salvación al candidato del malnacido partido, de origen dudoso por la falsificación de firmas y ni siquiera saben que este candidato todavía es diputado, no tuvo el honor de renunciar a su curul para postulares.
Pero muchísimos guatemaltecos vieron el manoseó electoral desde la primera vuelta, y dijeron NO a este proceso democrático manchado. No se puede discutir que ganó el voto nulo, superando con mucho a los dos que pasaron al balotaje. Sumado a quienes decidieron no votar, somos alrededor de cinco millones de personas.
Estos guatemaltecos, saben que la segunda vuelta es una gran farsa, un tira y encaje entre dos grupos de mafiosos que han abusado del poder y lo que menos han hecho es construir nación. Saben que los magistrados del TSE deberían ir a la cárcel, saben que la CC no ha resuelto casos como el del candidato Carlos Pineda, saben que un sector del deep state está presionando, saben que este gobierno no soltará tan fácilmente su pírrica victoria, cerca de 130 alcaldías, en mayoría tránsfugas de la UNE, ganados con fondos pork barrel para ejecutar clientelismo electoral.
Aquí estamos, a días para este macabro 20 de agosto. Un día negro para la libertad, para la democracia, para el chapín de buena voluntad.
Un día de locura pero eso es así dicen, y toca. Me niego a eso y sé que muchos más están como yo. Si todo sigue como va pues a votar nulo. Pero ruego a Dios misericordioso se apiade de Guate, hay gente correcta que no quiere ser condenada el 20 de agosto. Rogamos y clamamos por un milagro.