Arévalo y su visita improcedente
Arévalo visitó a Jose Rubén Zamora en su casa, donde cumple sentencia con medida sustitutiva y presume de su respeto por la libre expresión, aunque sus exabruptos y coerciones a la prensa no oficialista son bastante elocuentes. Al mismo tiempo, parece fuera de lugar que el mandatario tome partido en un caso judicial.
Redacción
En sus redes, el presidente de la Fundación Contra el Terrorismo (FCT), Ricardo Méndez Ruiz, escribió: «Uno llegó a la presidencia por medio de un fraude y amañó la formación de un partido político, y el otro está siendo procesado por lavado de dinero, chantaje y tráfico de influencias. Una combinación perfecta de delincuentes».
Ambas afirmaciones son verídicas, ya que es vox populi que Semilla se inscribió de forma poco ortodoxa, como también hay demasiados indicios sobre los delitos achacados al empresario de comunicación.
En cualquier caso, la visita del mandatario parece poco pertinente, ya que el mensaje queda claro: Arévalo está enfrentado abiertamente con los órganos que emiten justicia siempre que lo contradigan.
Según afirma, el gobierno «primaveral» es un gran defensor de la libre expresión, aunque las acciones de su gabinete y la forma en que se relaciona con cualquier voz opositora parecen desmentir su vocación democrática.
«Sin libertad de expresión no hay democracia», afirmó Arévalo, quien asegura también que «durante el régimen de oscuridad y corrupción» la prensa fue sometida al «castigo».
Al parecer, el mandatario permanece en una interminable campaña proselitista, mientras el país se derrumba en muchos rubros.