Un estudio señala la duración de la actividad incidental relacionada con los beneficios para la salud
Pasar horas y horas haciendo deporte no tiene sentido si el objetivo único es estar sano y ayudar a tu corazón a estar en forma. Aunque no hay duda sobre la necesidad de realizar algún tipo de actividad física durante la semana – por lo menos de 150 a 300 minutos si eres adulto-, lo cierto es que sin darnos cuenta al día se pueden realizar muchas actividades que aportan beneficios a la salud.
Por dpa/EP
Se trata de la actividad incidental, es decir aquellos periodos de tiempo, normalmente cortos, que se dedican a hacer una actividad cotidiana en la que, sin pretenderlo, al final supone un gasto de energía. Esta puede ser una buena noticia para aquellos a quienes no les gusta ir al gimnasio, aunque también supone realizar algún tipo de actividad no siempre gratificante: subir escaleras, planchar, barrer, lavar los platos, tender la ropa o ir a hacer la compra, podrían ser algunas alternativas validas.
Investigadores del Centro Charles Perkins de la Universidad de Sydney (Australia) han observado que, por ejemplo, elegir subir escalera o barrer rápidamente puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca. Además, el estudio, que publica en ‘The Lancet Public Health’, establece una media de tiempo que está al alcance de la mano de todo el mundo: desde 60 segundos a menos de 10 minutos.
Los investigadores consideran que hay que hablar y saber más sobre la actividad incidental porque menos de uno de cada cinco adultos de mediana edad hace ejercicio con regularidad. Hay varias razones para que esto ocurra: esta el coste económico de hacer deporte, el compromiso de tiempo, el estado de salud y el acceso a instalaciones o infraestructura.
Para la investigación utilizaron dispositivos portátiles que siguieron la actividad de más de 25.000 personas. Gracias a este seguimiento se ha conseguido la mejor evidencia hasta el momento de que períodos breves de actividad incidental, del tipo que realizamos como parte de la vida diaria, podrían reducir el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular e incluso muerte prematura, pero la duración y la intensidad de la actividad asuntos.
«Desde subir escaleras hasta trapear (regar el suelo con trapo) rápidamente los pisos; en los últimos años hemos llegado a comprender que no es sólo el ejercicio estructurado lo que es bueno para nuestra salud, sino que sabemos muy poco sobre cómo estos breves períodos de actividad incidental se traducen en beneficios para la salud», ha explicado el autor principal del estudio, el profesor Emmanuel Stamatakis.
En un estudio, es un trabajo colaborativo con investigadores internacionales del University College London, la Universidad de Glasgow, la Universidad de Edimburgo, la Universidad de Loughborough y la Universidad de Oxford. Utilizaron datos de dispositivos portátiles de muñeca del Biobanco del Reino Unido y aprendizaje automático para analizar los patrones de actividad física incidental de siete días de 25.241 adultos del Reino Unido de entre 42 y 78 años, en un período de tiempo de 10 segundos.
Después vincularon estos micropatrones de actividad física con los registros de salud de los participantes, siguiéndolos durante casi ocho años para identificar cómo la duración y la intensidad de los episodios de actividad física se relacionaban con el estado de salud.
Los resultados muestras que el 97 por ciento de la actividad física incidental se acumuló en acciones que duraron menos de 10 minutos. En el caso de acciones cortas, de menos de 10 minutos, pero de intensidad moderada a vigorosa se observó una fuerte disminución de los eventos cardíacos importantes (ataque cardíaco/accidente cerebrovascular) y muerte por cualquier causa.
Asimismo, moverse constantemente durante al menos 1 a 3 minutos se asoció con un beneficio significativamente mayor (29 por ciento menos) que en las acciones muy cortos de menos de 1 minuto. Por este motivo, es mejor que cualquier acción sea de más de un minuto. Cuanto más largas son las acciones, mejor; independientemente de los niveles totales de actividad.
Cuanto mayor sea el porcentaje de actividad vigorosa en cada ación, también mejor: aquellos que resoplaron durante al menos el 15 por ciento de las acciones (aproximadamente 10 segundos por minuto) obtuvieron el mayor beneficio. Pero si, aún así, las actividades que realizas duran menos de 1 minuto, no te preocupes que se asociaron con beneficios si se aplicaba la regla anterior del 15 por ciento de actividad vigorosa.
«Este estudio sugiere que las personas podrían reducir potencialmente su riesgo de sufrir eventos cardíacos importantes al realizar actividades de la vida diaria de al menos intensidad moderada en las que, idealmente, se muevan continuamente durante al menos uno a tres minutos a la vez. De hecho, parece que esto puede tener beneficios para la salud comparables a los de sesiones más largas que duran entre 5 y 10 minutos», afirma el autor principal de esta investigación, el doctor Matthew Ahmadi investigador postdoctoral en el Centro Charles Perkins de la Universidad de Sydney.
La conclusión es que cualquier tipo de actividad es buena para la salud, pero cuanto más esfuerzo pongas en esas tareas diarias y más tiempo mantengas esa energía, más beneficios se obtienen. «Si estás resoplando y resoplando y no puedes mantener una conversación durante parte de ese tiempo, has llegado al punto óptimo», explica el investigador.
La idea de acumular períodos cortos de actividad moderada a vigorosa a través de las actividades de la vida diaria hace que la actividad física sea mucho más accesible para las personas que no quieren o no pueden participar en ejercicios estructurados. Pero, advierte el doctor Ahmadi, «como se ven en estos datos, la duración y el vigor que la gente pone en estas actividades incidentales son importantes».
Los investigadores dicen que el estudio también proporciona algunas de las primeras pruebas directas que respaldan la idea de que el movimiento no tiene que completarse en sesiones continuas de 10 minutos para ser beneficioso, una creencia ampliamente extendida hasta que la Organización Mundial de la Salud eliminó esto de sus directrices de la actividad física en 2020, centrándose en lugar de ello en la idea de que » cada paso cuenta para mejorar la salud».