Rinconcitos de Guatemala
En Prensa Digital tendremos reportajes y notas informativas sobre varios sitios especiales de nuestro país.
Por ejemplo, esta plazuela de Los Arcos, donde se observa un fragmento del histórico Acueducto de Pinula, que se construyó sobre el Montículo de la Culebra.
Redacción
Una actividad muy relajante que está casi en extinción es caminar sin rumbo por las diferentes calles de la capital. Andando por el límite entre las zonas 10 y 14, se encuentra este rincón que además de proveer una agradable sombra, es un espacio de belleza incomparable, que invita al descanso.
Vale la pena caminar por este lugar solo para detenerse un momento ante los arcos del antiguo acueducto, para tomar algunas fotos y luego seguir la caminata.
Acueducto colonial y montículo maya
Diversas tesis universitarias y artículos especializados aluden al Acueducto de Pinula, que surtió el agua de la capital desde poco antes del traslado a la Nueva Guatemala de la Asunción, después del teremoto de 1773.
Una de las mayores preocupaciones para los primeros vecinos de la capital, fue la provisión de agua, y «encontraron que el río de Pinula, situado en el «llano de la Culebra», tenía una toma que facilitaría esta obra de infraestructura, El informe fue acompañado de un plano hecho por el arquitecto mayor Bernardo Ramírez, maestro mayor de obras y fontanero de la Ciudad de Guatemala», se lee en la ponencia de Ivonne Putzeys et.al, presentada en un simposio de 2011, titulada: Montículo de la Culebra y Acueducto de Pinula: ¿Patrimonio nacional u obstáculo para el desarrollo?, que se encuentra en la página de la Asociación Tikal.
En el citado texto se explica que cuando el arquitecto firmó el informe sobre el traslado de la ciudad, ya se hacían los trabajos para realizar el acueducto, sobre el montículo de la Culebra, conocido también como «Loma de Talpetate», que dividía los llanos de la Culebra y de la Ermita.
Un dato curioso encontrado en esta ponencia es que se pensó que el sistema de arcos podría ser riesgoso debido a los terremotos, además del costo considerable que representó la obra, concluida en 1776 y que dejó de usarse durante el gobierno de Jorge Ubico, en 1938.
Un montículo maya ignorado durante siglos
En la ponencia citada, también se menciona que ya en 1690, Francisco de Fuentes y Guzmán mencionó el montículo en la Recordación Florida, donde reconoce ciertas características que atribuye a «los antiguos» acertadamente.
Sin embargo, fue un monumento maya al que se prestó mínima atención y hasta el siglo XX se iniciaron estudios y rescates arqueológicos que demostraron, entre otros, que el montículo de la Culebra (con extensión de cinco kilómetros), pudo haber sido una estructura para distribuir el agua en la gran ciudad Kaminal Juyú y también como marcador de límites.
Pese al crecimiento urbano, los terremotos, el descuido municipal y otros factores, en varios tramos perviven estos hermosos arcos coloniales, asentados sobre el misterioso montículo y donde sucedieron diversos hechos históricos, como el conato de duelo entre Serapio Cruz y Rafael Carrera, que terminó en reconciliación, y la amena descripción que del lugar hace José Milla y Vidaurre en Memorias de un abogado, donde describe una fiesta al aire libre entre un alegre grupo de capitalinos que almuerza a la sombra de estos arcos.
Probablemente son todos esos recuerdos históricos los que hacen de estos arcos un lugar digno de visitarse y descansar a su sombra, como en otros tiempos hiciera el gran novelista guatemalteco con sus amigos.