Qué pasa si no lavas la ropa nueva antes de usarla: esto es lo que se queda en tu piel
Esa prenda nueva que acabas de comprar en la tienda puede parecer limpia, pero no lo está. Aunque huela bien y se vea impecable, es muy probable que haya pasado por muchas manos, probadores, almacenes e incluso hogares. Y, además, viene impregnada de químicos que podrían irritar tu piel. Por eso, lavar la ropa antes de estrenarla no es una obsesión exagerada, sino una medida de salud básica.
Por dpa/EP
El doctor Manuel Viso, especialista en Urgencias y Hematología, lo explica con claridad en uno de sus vídeos publicados en su cuenta de Instagram (@manuelvisothedoc): «Esa camisa sin arrugas, esos jeans con colores intensos, no son magia, es química», advierte. En muchas prendas nuevas se utilizan productos como formaldehído, fijadores de color y agentes antiarrugas que pueden resultar irritantes para la piel, especialmente si ya existe una patología previa como la dermatitis atópica.
Ropa probada devuelta y llena de microorganismos
El riesgo no se limita a lo químico. La mayoría de las prendas que compramos han pasado antes por un auténtico «guateque de bacterias, virus y hongos», como dice Viso. Muchas han sido probadas por otras personas, devueltas tras usarse, almacenadas o incluso enviadas desde domicilios ajenos.
En ese recorrido, es habitual que se contaminen con ácaros, piojos, sarna y otros microorganismos, tal y como advierten organismos como el Servicio Nacional de Salud Británico y el Centro de Control de Enfermedades (CDC) estadounidense y que Viso recuerda en su vídeo.
Las prendas más problemáticas
Las más propensas a causar reacciones cutáneas son las de materiales sintéticos como el poliéster o el nylon. Según el doctor, estos tejidos suelen llevar tintes de menor calidad que se desprenden con facilidad y pueden afectar más intensamente a personas con piel sensible.
En este sentido, conviene prestar especial atención a prendas como ropa interior, camisetas, pijamas o ropa de cama, que están en contacto directo con la piel durante muchas horas.
Ojo con las etiquetas y con la ropa de bebé
Otro punto que suele pasarse por alto: las etiquetas. «Pueden producir fenómenos crónicos de fricción sobre la piel», alerta Viso, por lo que recomienda retirarlas siempre que sea posible. En el caso de la ropa infantil, la precaución debe ser aún mayor: los bebés tienen un sistema inmunológico inmaduro, lo que los hace más vulnerables tanto a sustancias como a microorganismos.
Consejos básicos para lavar bien la ropa nueva
El doctor ofrece además una serie de recomendaciones prácticas para que el primer lavado sea realmente efectivo:
Respeta siempre las instrucciones de la etiqueta.
Si la prenda lo permite, usa temperaturas elevadas.
Separa por colores para evitar transferencias de tinte.
Dale la vuelta a la ropa antes de meterla en la lavadora para que el detergente actúe mejor en las zonas internas.
No sobrecargues el tambor: evitarás que la ropa se dañe y garantizarás un lavado más eficaz.
«Lo que no ves puede sorprenderte», resume Viso, quien recuerda que estrenar ropa sin lavarla antes no solo puede afectar a la piel, sino también favorecer contagios o reacciones evitables.