La moda, retrato de cada época
¿Cómo era la vida cotidiana en 1821? (I parte)
En este aniversario de la Independencia, vale la pena imaginar cómo vivían aquellos guatemaltecos que firmaron el Acta para separarse de la administración española, sin imaginar que entrarían a una etapa conflictiva por 26 años antes de que Guatemala fuera una República.
Redacción
La moda, no solo en el vestuario sino en usos y costumbres, describe muchos aspectos sobre una civilización y la retrata de forma fiel. En 1821, el territorio centroamericano era la Capitanía General de Guatemala, y su gobernante, nombrado por el rey de España.
Tal como en toda Hispanoamérica, predominaba la moda española, con finas mantillas de colores oscuros, peinetas, faldas amplias y largas, collares, aretes de oro, sombreros de fieltro y zapatos confeccionados con finas pieles importadas.
Las ideologías pueden influenciar las modas y como un eco del Iluminismo, hacia 1820, las damas criollas y peninsulares cambiaron el estilo español por el inglés y el francés, con vestidos que fueron conocidos como “estilo Imperio”, como se observa en la foto donde criollos centroamericanos festejan la Independencia. Los hombres de la alta sociedad usaban frac, sombrero de copa, chalecos y zapatos con hebilla o botas.
El retratista Francisco Cabrera (1781-1845), realizó una serie de miniaturas y retratos en otros formatos, donde detalla cuidadosamente la moda de las damas guatemaltecas, tanto en vestidos como en peinados. Entre 1821 y 1829, las guatemaltecas de clases media y alta se recogían el pelo en trenzas hacia arriba y dejaban mechones rizados sobre la frente, al estilo Imperio.
Entretanto, las mujeres y hombres de clases populares, confeccionaban su ropa con tejidos rústicos, fabricados en telares artesanales y generalmente iban descalzos o con caites. Los indígenas utilizaban una especie de capa de origen español, conocida como capixay,
Estas diferencias de vestuario según la estratificación social fueron descritas en el libro Viaje a Guatemala y Centroamérica, del cronista holandés Jacobo Haekfkens (1789-1858).
¿Dónde se surtían los habitantes de la nueva Guatemala de la Asunción?
Los criollos y peninsulares que contaban con más posibilidades, solían importar diversidad de enseres y objetos de todo tipo, desde ingredientes de cocina hasta instrumentos musicales y géneros para confeccionar vestuario.
En la Plaza Mayor (actual Plaza de la Constitución), existía un mercado en el que se comercializaba toda clase de mercaderías. Instrumentos y aperos de labranza, tejidos, aves de corral, leña, hamacas y ropa, además de harinas, especies, verduras y otras mercancías.
También existían vendedores ambulantes, conocidos como “buhoneros”, que deambulaban por áreas rurales y quienes no eran muy aceptados socialmente, debido a su estilo de vida.
Otras modas: juegos infantiles, diversión y hábitos
La capital guatemalteca seguía fielmente las modas europeas, entre estas el consumo del tabaco, que originado en las Antillas, llegó a Europa y retornó como un hábito a las otras provincias españolas.
En muchas casas se realizaban reuniones sociales, donde además de comer, las personas jugaban juegos de mesa, tocaban instrumentos o leían poesía.
Los niños jugaban con caballitos de madera, muñecas de trapo o porcelana, juegos de mesa y rompecabezas. Sin embargo, los juegos más populares se realizaban en la calle: escondidas, gallina ciega, saltar a la cuerda o jugar trompo, entre otros.
Se dice que las piñatas, tan populares en los cumpleaños infantiles, llegaron al país en 1821, de la mano de tropas mexicanas (según María Eugenia Castañeda, en la revista del CEFOL). Inicialmente se les consideró peligrosas y entrado el siglo XX, los recipientes de barro estilo mexicano se sustituyeron por las piñatas que conocemos actualmente.
Finalmente, uno de los hábitos más arraigados entre los guatemaltecos era asistir a oficios religiosos, especialmente a las misas dominicales, constituidas en puntos de encuentro y actividad social.