A 30 años de la envoltura del Reichstag: una imagen que quedará para siempre
Este martes 24 de junio se cumplen 30 años desde que la pareja de artistas Christo y Jeanne-Claude realizó, tras décadas de debates, la envoltura del Reichstag (sede del Parlamento)de Berlín.
Por dpa/EP
Este proyecto, que atrajo a cinco millones de visitantes y se concretó poco más de cinco años después de la caída del Muro de Berlín, pasó a la historia como símbolo de una capital en transformación.
Entre el 24 de junio y el 7 de julio de 1995, el edificio fue cubierto por 100.000 metros cuadrados de tela plateada y brillante. La idea había surgido ya en 1971, cuando el historiador estadounidense Michael Cullen se la propuso a Christo. Pero tuvieron que pasar 24 años, marcados por dudas, críticas y una planificación minuciosa, para que el «Reichstag envuelto» se hiciera realidad.
En una Berlín todavía dividida, el proyecto fue inicialmente rechazado en tres ocasiones. Solo con la elección de Rita Süssmuth como presidenta del Parlamento en 1988 y la caída del Muro un año después, la situación comenzó a cambiar.
Süssmuth, junto con el ex canciller Willy Brandt, defendió la idea como un símbolo de paz y cultura, en contraste con la imagen agresiva del país en épocas más oscuras.
Sin embargo, figuras políticas destacadas como Helmut Kohl y Angela Merkel, entonces ministra de Medio Ambiente, se opusieron al proyecto artístico.
Construido en diez años y terminado en 1894 en estilo neorrenacentista, pocos edificios representan tan claramente las rupturas y puntos de inflexión de la historia alemana como el Reichstag.
Primero fue sede del parlamento del Imperio Alemán y más tarde de la República de Weimar. En uno de sus balcones, Philipp Scheidemann proclamó en 1918 la primera democracia alemana. En 1933, el edificio fue escenario de la toma del poder autoritaria tras el incendio que los nazis instrumentalizaron.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, el Reichstag era una ruina sobre la que ondeaban banderas soviéticas. Y en 1990, la gente celebró la reunificación alemana en sus escalinatas, cerca del Muro.
Finalmente, una votación parlamentaria dio luz verde al proyecto, con 292 votos a favor y 223 en contra, gracias al esfuerzo incansable de Christo y Jeanne-Claude, quienes hablaron con más de 350 diputados y presentaron la idea en escuelas, jardines de infantes y actos públicos.
Este proceso largo y complejo, en el que participaron cientos de escaladores y montadores, no fue visto por los artistas como un obstáculo, sino como una parte esencial de su obra.
«Precisamente ese largo camino le dio sentido a la obra», explicó Vladimir Yavachev, sobrino de Christo y director del proyecto, durante una reciente visita al estudio en el barrio neoyorquino de SoHo, donde desde 1964 nacieron todos los proyectos. Jeanne-Claude falleció en 2009 y Christo en 2020.
«Si la aprobación hubiera llegado fácilmente, no habría tenido esa carga política y mediática», agregó Yavachev. «Es un gran cumplido para un artista cuando miles de personas discuten sobre una obra que aún no existe. Eso le da otra dimensión al proyecto».
«Berlín era el único lugar del mundo donde Oriente y Occidente se enfrentaban tan dramáticamente», dijo el propio Christo a dpa poco antes de morir. «Por eso quería envolver el Reichstag, el único edificio bajo contro de las cuatro potencias vencedoras».
Para él, que huyó de su Bulgaria natal al Oeste en 1956, el proyecto también tenía un fuerte significado político personal.
«La nostalgia no iba con ellos», señaló Yavachev. «Pero sí les importaba generar conversación a través del arte en el espacio público, ya fuera amado u odiado. Las envolturas ayudaban a ver lo familiar con nuevos ojos. Si podemos conservar eso, me haría muy feliz».
Este año, el Reichstag envuelto vuelve a hacerse visible: del 9 al 20 de junio, se proyectan por la noche imágenes de 1995 en su fachada oeste con proyectores de alta potencia.
«No sé qué habría pensado Christo de esto», admite Yavachev. «A él le gustaba lo que llamaba ‘la cosa real’. Pero no pretendemos que esto lo sea. Es simplemente una nueva forma de archivo: antes era la fotografía y el cine, hoy son las nuevas tecnologías».
Dos obras «reales» se concretaron o están en camino desde la muerte de Christo: la envoltura del Arco de Triunfo en París en 2021 y una pirámide de barriles de colores de 150 metros en Abu Dhabi, la primera —y probablemente única— obra permanente del artista.