Vergüenza y decepción
“Vergüenza y decepción… ” ( La situación de lo que estamos viviendo en Guatemala en el tema político, sólo demuestra que la verdadera finalidad de la clase política está basada en “Una inmensa hambre de poder” haciendo y deshaciendo lo necesario para llegar a la guayaba, con abuso y sobre la ley…)
A estas alturas luego de los resultados de las elecciones para la Presidencia, Congreso, diputaciones, Alcaldías y puestos claves en los poderes del Estado, vemos con preocupación cómo los poderes políticos, tanto del partido oficial como los que salieron ganador y oposición en las últimas elecciones, han armado una trama similar a una película con argumentos de terror, drama, trama, suspenso y ficción.
Vamos a tomar una posición neutral que sólo observa, un lado y otro, el oficial, “el ganador” la oposición y los poderes detrás de cada uno, abusadores, prepotentes, soberbios y corruptos ambos, lo cual nos produce una gran vergüenza y decepción, que sólo demuestra el nivel de atraso como país.
Oímos dimes y diretes que no todo lleva una verdad respaldada y genuina, mucho chisme, mucha información falsa y sin elementos válidos, originados de una gran masa de gente sin criterio ni conocimiento, producto de las famosas y modernas redes sociales. Grave problema que genera un impacto a nivel social dando validez a un tema controversial sin bases sólidas y poco creíbles.
Somos una sociedad en su mayoría muy vulnerable y sin criterio, que se deja llevar por lo que escucha y le dicen, de medios poco fiables y creíbles, una sociedad, sumisa y oprimida, conformista, indiferente y sin iniciativa y creatividad, lo cual representa una situación muy conveniente y adecuada para el manejo de malos poderes.
Vemos con preocupación una situación en donde somos víctimas de estos poderes que ven sólo sus propios intereses, sesgados y muy particulares, de una clase política que necesita a gritos una renovación basada en integridad y capacidad, y que sea parte del cambio radical que necesita el país.
Una situación que demuestra una vez más las grandes carencias que sufrimos como país a nivel Institucional y poderes del Estado, donde compran y juegan una justicia cooptada por estos poderes.
Triste y desafortunadamente, todos los que formamos parte de una sociedad económicamente activa de la clase empresarial y trabajadora, somos víctimas de esas malas decisiones e impacto que conlleva esta guerra de poderes que sin el más mínimo interés por el bien común ni de la población, se creen que tienen el derecho de vender a la patria y jugar con el futuro de todos los guatemaltecos.
Esta situación que estamos viviendo crea inseguridad, incertidumbre, y un posible conflicto social más latente que nunca, que representa el peor escenario y enemigo para la inversión y el clima de negocios. Pero al final, qué les importa a estos poderes que obtienen siempre las mejores condiciones a través de todo el abuso, beneficios y privilegios.
Esperemos que en los siguientes días y meses que faltan para el 14 de enero del 2024 en donde según un proceso lleno de irregularidades, debería tomar posesión el nuevo presidente, no se susciten problemas mayores que afecten los intereses de todos los guatemaltecos.
Debemos de ser claros que no vivimos en democracia, no se respeta la ley, ni existe certeza jurídica y que de esta forma vivimos en un subdesarrollo permanente, mientras no se establezcan en la clase política los cambios radicales necesarios…