Un necesario encuentro con el pasado. Solo para tener en mente el camino recorrido, sin nostalgia
MSc. Mario Mérida
En esta oportunidad comparto con los lectores dos sucesos, dignos de ser recordados. Inicío, con el secuestro y posterior asesinato del Embajador de Alemania Karl von Spreti, un dia martes 31 de marzo de 1970, relatado en la novela la “Casa de huéspedes”, en la que el autor describe lo siguiente:
– “Embajador alemán en nuestro país, Karl von Spreti, fue secuestrado después de asistir a un acto protocolario al Instituto Geográfico Nacional, a inmediaciones del monumento a Cristóbal Colón, localizado en la Avenida de las Américas, zona 13.
– “Los secuestradores exigen el pago de setecientos mil dólares, para lo cual dieron un plazo de tres días, fijando como hora para el plazo final, las tres de la tarde del día 4 de abril, y si no se cumplía con sus exigencias, la organización guerrillera amenazaba con asesinar a Karl Graf von Spreti. –“
– “La primera semana de abril fue una especie de telenovela. Cada día surgía diferente información y conjeturas acerca del estado de salud o del asesinato del embajador. La acción terrorista finalizó con la ejecución de von Spreti por las FAR, la noche del 5 de abril[1].-
Sentados frente al televisor sintonizamos el Canal 11 de televisión. El presentador de noticias principió más o menos así:
-“Hoy a las siete y media de la noche, por medio de una llamada anónima, se informa a los bomberos voluntarios del hallazgo de un cadáver en las cercanías de San Pedro Ayampuc, a 17 kilómetros de la capital, cuando acudieron los Bomberos Voluntarios al lugar, en una choza construida con adobes confirma- ron el hallazgo de un cuerpo al cual le quitaron todas sus pertenencias y ropa, asegurando que se trata del cuerpo del embajador de Alemania Kart von Spreti, quien fue encontrado con dos disparos en la sien derecha.- Días más tarde se conoció, por los medios de comunicación, que los protagonistas del secuestro fueron las Fuerzas Armadas Rebeldes” (FAR)[2]
El segundo relato se refiere a la coyuntura que se vivía hace 24 años, comentada en el artículo “LAS RECOGEDORAS DE LEÑA[3]”, que se descibe a continuación:
– “1. La supervisión de César Gaviria Secretario de la OEA al gobierno; 2. El linchamiento de un juez en Senahú; 3. Las irresponsable acusaciones del procurador de los derechos humanos atribuyéndole al Ejército la muerte de Monseñor Gerardi; 4. La generosa donación del Presidente Portillo al Comité de la Huelga de Dolores; 5. La reiterada vinculación de los exPAC, en acciones de linchamiento; 6. El asesino en serie; 7. La fuga de dos diputados del FRG y su rápido refugio en la bancada de los desertores; 7. La permanente modificación de leyes en el Legislativo; 8. La corrupción encontrada por las nuevas autoridades de la empresa Santo Tomas de Castilla; 9. Los continuos asaltos a bancos y a vehículos blindados; 10. Las serviles declaraciones del Ministro de Trabajo, acusando a empresarios guatemaltecos de no haber hechos méritos frente a unos estadounidenses, que vinieron a verificar los avances en materia laboral y el respeto a la propiedad intelectual; 11. La nostalgia que provocó en algunos exguerrilleros guatemaltecos, la marcha de los zapatistas hacia la capital mexicana y 12. La digna actitud asumida por el gobierno guatemalteco ante la abusiva intromisión alemana en nuestros asuntos internos. Exceptuando la contribución presidencial a los huelgueros y el rechazo gubernamental a la postura alemana, los otros diez temas son expresiones permanentes del escenario nacional.
“LAS RECOGEDORAS DE LEÑA”[4], es un tema ancestral, pero para las recolectoras a las que hace alusión este artículo, es cuestión de economía familiar. Varias mujeres ancianas, jóvenes y niñas, quienes todos los días después del medio dia se juegan la vida cruzando la Calzada de la Paz y rutas interconectoras, en busca de ramas de árbol para cocinar sus alimentos básicos y mantener el calor en tiempos de frio.
Estas féminas fueron tema central de lo conversado con un conocido, cuando viajamos de la colonia Lourdes a la Zona 4 y, quien al observar que bajaban con sus cargas de leña del sector montañoso de la zona 16… expresó: «Sí llego a ser presidente, eso terminará… Hay que dotar a las personas de las condiciones mínimas de vida, por otro lado, los bosques no pueden seguir siendo utilizados como materiales de combustión. Y no sólo eso, también hay que establecer aranceles únicos para productos envasados, tejidos, artículos de cuero, productos de línea blanca y aparatos eléctricos. El país necesita una revolución socioeconómica que promueva cambios estructurales”. Mientras, manejaba pensé: ¡Ojalá este personaje llegue a ser presidente!, para cambiar lo que haya que cambiar y así, quizás las cortadoras de leña, tengan acceso a una estufa. Eso fue lo deseado, el sujeto fue presidente y al igual que los anteriores se corrompió y olvidó a las recoletoras de leña. Ahora, son las hijas e hijos de aquellas jovenes, las recolectaras de leña, que vimos hace 24 años, porque las ancianas ya fallecieron.
[1] Este suceso fue recordado por el Licenciado Mario Antonio Sandoval: El conde von Spreti en mi remembranza. 18 de diciembre de 2011: “LAS FAR TERMINARON de perder su imagen. Al embajador estadounidense John Gordon Mein lo asesinaron por la espalda. Ahora había sido peor: primero secuestraron a la víctima y luego la mataron para cumplir la amenaza. Alemania y Estados Unidos, con el tiempo, normalizaron sus relaciones con Guatemala, víctima como país de estos magnicidios. Las razones de Estado y de política se impusieron y por ello no se puede afirmar que en esos gobiernos hubo perdón y olvido para los autores de esos asesinatos. Se puede parafrasear el dicho: “culpas del tiempo son, no de Guatemala”. Ambos hechos avergonzaron a miles de guatemaltecos. A mí, me enseñaron a afianzar mi repudio por el asesinato, en especial con fines políticos.
[2] Mérida Mario. 2017. Asesinato del Embajador Karl von Spreti (31/marzo/1970)
[3] elPeriodico. 20/marzo/2001.
[4] Laínez López. 12 feb. 2022. Quiché. Bosques y cultura maya (entrevista). Santa Cruz del Quiché, Guatemala, contador de días de la cultura maya. “Nuestro padre nos dejó la leña para el fuego, pero hay que cuidar los árboles” (Laínez López 2021). Citado en “Conocimientos de las culturas maya mam y maya k’iche’ en la restauración de paisajes forestales” Eduardo Benjamín López Velásquez Róger Villalobos Soto Alejandro Imbach Hermida Fernando Carrera Gambetta, 2023