12 de octubre 2024, el día para pedir perdón, pero por votar a la izquierda
Creo que se es lo suficientemente viejo para decir que todavía en mi niñez celebrábamos el día de la raza y de la hispanidad, hasta que la izquierda hizo lo que ha hecho mejor hasta el día de hoy, imponer una narrativa al inicio victimista, inspirados por Galeano y Severo Martínez y luego, la altanera y rencorosa, inspirada en Demetrio Cojtí y otros tantos pensadores indígenas que viven del discurso del eterno y mágico regreso a la prehispanidad.
Por si fuera poco, nuestro gran vecino del norte, gobernado por el delirio no dejó pasar la oportunidad del cambio de gobierno para nuevamente reafirmar que la estupidez no reconoce título universitario, y por supuesto, se le pasa creando hombres de paja por todos lados, la culpa la tiene siempre el otro, y en este caso el que estemos así es responsabilidad de los españoles que descendieron de barcos de madera hace más de 500 años.
Como que la izquierda cuando asume el poder la perdida de neuronas se hace en forma acelerada, ha sido evidente el uso del etnicismo integrista, fundamentalista, el que se usó para justificar los bloqueos del año pasado, y las puestas en escena de personas ataviadas a la usanza en el campus de la Universidad Rafael Landívar para presionar a las comisiones de postulación para que nombraran a quienes ellos querían, o, mejor dicho, a quienes Corazón del Cielo les había mostrado en el humo sagrado.
En los próximos días veremos cómo esta celebración se junta con la del 20 de octubre, otra fecha que el delirio colectivo que nos gobierna utilizara, como lo hizo una vez Álvaro Colom, para reafirmar una narrativa llena de manipulaciones, elevan a los cielos a políticos pero sobre todo siembran el odio en forma de “nosotros somos los buenos, los malos son todos los que no somos ni piensan como nosotros”.
La historia es solo eso ya, una compilación de discursos que justifican las tropelías, les daré un ejemplo claro, resulta que de un tiempo para acá los pueblos habitados mayoritariamente por indígenas ahora son pueblos originarios o ancestrales, son territorios, ¿Por qué de este cambio de terminología que en apariencia no tiene malicia?
Pues bien, en la narrativa de la izquierda etnicista, estos ciudadanos pasaron de eso a ser seres morales, de luz, que tienen la sabiduría ancestral, de ahí que “autoridades ancestrales” autonombradas tengan la audacia de apersonarse, donde sus patrocinadores les soliciten, y con bastón en mano, exigen, cuestionan, pero ojo, no como ciudadanos sino como personas envestidas de autoridad cultural colectiva, lo que es grave para la democracia como la entendemos todos.
Y entonces ustedes preguntarán: ¿Qué tiene que ver el 12 de octubre con esto? Pues que el giro a la conmemoración que surge en 1981, un año antes del quinto centenario de la llegada de los españoles al continente y del otorgamiento al Premio Nobel de la Paz a Rigoberta Menchú, los objetivos habían sido trazados en el plan para revertir todo tipo de integración que los gobiernos liberales habían alcanzado en el continente a lo largo de más de 100 años.
Para Semilla y sus propagandistas la fecha le viene como anillo al dedo, como paso en México, será el momento para las ceremonias, los disfraces y las declaraciones etnicistas de la Nueva Primavera, es hora de preparar la plataforma de contra movilización social para cuando este gobierno colapse, porque a cómo va esta gestión es factible pensar que esto se vendrá abajo, pero por supuesto que estos políticos incendiaran el país antes de pisar una cárcel.
El 12 de octubre es el día para ofertarse, es hora de abrir nuevas alcaldías indígenas, si la vestimenta se había dejado de usar es hora para llevarla a lavar y lucirla en cuanto evento político haya, y aprender algunos vocablos en idiomas regionales no cae mal, todo esto se está pagando con la ampliación presupuestaria.