De motos y bloqueos
Coronel Cecilio Peláez
Es elemental que los asesores de un mandatario, antes de tomar una decisión, evalúen los posibles escenarios que puedan originarse como consecuencia de ésta. Eso incluye tener elaborados los planes para poder mantener, en todo momento, el control de la situación.
Especialmente porque el gobierno del Estado debe mantener presente que su fin supremo es proteger la persona y la familia dentro del camino hacia la búsqueda del bien común.
Para cumplir con sus fines, el gobierno dispone, pagados con nuestros impuestos, de las fuerzas del orden. Emplearlas en circunstancias que amenazan el cumplimiento de los fines para los que fue organizado y creado el Estado no es una dádiva politiquera, es una responsabilidad ineliduble.
Tenemos la experiencia de los graves hechos de violaciones a los derechos humanos acaecidos durante el gobierno desafortunado de Giammattei en octubre 2023, cuyos autores fueron dirigentes del ex partido Semilla con financiamiento de USAID y que dejaron un saldo vergonzoso de impunidad, tanto para los funcionarios del ladrón Giammattei como para los seguidores del gobernante impuesto por un fraude electoral, bajo la sombra de una movilización espuria que sembró pánico, sufrimiento, pérdidas económicas y algunas muertes dentro de la población, contribuyendo a profundizar más la división entre Guatemaltecos.
Ahora nos sorprende de nuevo el gobernante con la imposición de un seguro obligatorio para toda clase de vehículos, es muy cierto que esta medida debe analizarse, tanto desde el punto de vista de quien pagará el seguro como del ciudadano de a pié, -potencial beneficiario- expuesto constantemente a la falta de transporte digno y eficiente, al abuso inescrupuloso de conductores de buses y al riesgo de andar por las calles sujeto al abuso de motoristas imprudentes es decir, a la falta absoluta de autoridad que vele por sus derechos.
Quienes conducen vehículos de cualquier clase, ya están hartos del abandono en que se encuentra la red vial, asunto que ocasiona una buena cantidad de disgustos, pérdida de tiempo y gastos de mantenimiento quedando en estado de indefensión ante la indiferencia del gobierno.
Este fue el peor momento para poner a funcionar el famoso seguro.
Estando ya en germen una buena dosis de descontento, me parece qué, si el mandatario no da marcha atrás en los próximos tres días, esta será la chispa que inicie el camino de su caída.
Es muy evidente qué, o no se deja asesorar, o carece de un equipo humano capaz y coherente que le hable al oído.