Rechacemos la ilegalidad y la mentira
Dr. Francisco Arredondo
La movilización ciudadana debe enfocarse en resolver las causas por las cuales cada cuatro años se repite nuestra tragicomedia electoral rechazada por más del 60% de los ciudadanos, hartos del actual sistema político.
Jamás debe usarse para fomentar el enfrentamiento, radicalizarnos y menos aún legalizar lo claramente ilegal. Sumar y multiplicar. Jamás dividir o restar.
Las graves anomalías que ensuciaron el recién pasado proceso electoral son actos punibles de magistrados y funcionarios corruptos e irresponsables que en su momento permitieron la inscripción anómala de partidos y candidatos.
No garantizaron como era su obligación, la transparencia y confiabilidad del proceso electoral y por lo tanto deben asumir las consecuencias legales y morales de sus acciones perversas en contra de nuestra democracia.
En cuatro años no queremos estar repitiendo la misma patraña.
Sin darle más vueltas tomemos las siguientes acciones positivas:
1) Reforma profunda y radical de la Ley electoral y de partidos políticos, para que los ciudadanos realmente podamos elegir a quienes en verdad nos representen y el sistema deje de arrastrar politiqueros corruptos a puestos de “elección popular” sin ser electos.
2) Democratización efectiva de los partidos políticos para que se conviertan en instituciones respetables que en forma auténtica representen a sectores ciudadanos y dejen de ser efímeros vehículos electorales de alquiler.
3) Depuración total y profunda del TSE, del Registro de ciudadanos y de todas las instituciones hoy desprestigiadas, para que sean garantes de la limpieza y transparencia de todos los procesos.
4) Deducción de responsabilidades a quienes permitieron o cometieron delitos electorales sin excepciones.
5) Fortalecimiento ciudadano e institucional: “La calidad de la democracia depende de la calidad de sus ciudadanos y de sus instituciones”
No perdamos el tiempo en justificar lo injustificable.
Presionemos al Congreso y a quien corresponda para que de urgencia se hagan los cambios necesarios a la LEEP. Desde las jornadas cívicas del 2015 el pueblo lo está exigiendo.
Con decisión y firmeza defendamos nuestros principios y valores contra cualquier corriente que quiera destruirlos.
Escuchemos, respondamos y seamos la voz valiente y vibrante de la mayoría de los guatemaltecos que queremos una patria sólida, justa, soberana, independiente, donde la ley se conozca y cumpla.
Rechacemos la ilegalidad y la mentira sistemática y orquestada.
Apegados a sólidos principios y valores luchemos por el bien común hasta alcanzarlo siguiendo el camino correcto que da la ley.
¡Despierta Guatemala!