Independencia e imparcialidad judicial
“Donde no hay justicia, no hay libertad”
Rebasar el título del presente artículo, es el reto de quienes resulten electos para integrar la Corte Suprema de Justicia y la de Apelaciones. Sin embargo, al interior de algunos sectores que dicen representar al pueblo guatemalteco, se plantea la imposibilidad de lograrlo.
Fuera de los sectores y grupos interesados por razones particulares, está la mayoría de medios de comunicación garantes de auditar el proceso de elección de los futuros funcionarios del Sistema de Justicia. Independencia que comienza a cuestionarse y a deslegitimarse, lo cual “deja en el limbo” a la ciudadanía. Es decir, los menos informados quedan a merced de las redes sociales.
Durante la estadía de la CICIG en nuestro país, se conoció la realización de un seminario auspiciado por Suecia y Canadá, sobre la función de los jueces. (Enero/31/17. CICIG. COMUNICADO 009) del cual compartí en su momento parte de algunas ponencias, que me parece oportuno repetir nuevamente con los lectores preocupados realmente por el devenir de la justicia en el país.
Entre los expositores estuvieron Sergio García Ramírez, quien dijo de la función del juez: “Estamos en la era del poder judicial, estos son los días de la magistratura, ya no del gobernante unipersonal; esta es la hora de la magistratura que ha de ejercerla con independencia, imparcialidad y competencia, lo cual debe estar garantizado por el mandato constitucional y la voluntad del pueblo”. “Afirmó que en la actualidad el juez contemporáneo es un constructor del orden jurídico porque interpreta e integra la normativa que sirve a una sociedad… una de las funciones del juez, particularmente del juez constitucional, que debe interpretar y releer la Constitución, y del juez internacional, quien debe interpretar los tratados internacionales”. También “expresó que un juez es la pieza fundamental del debido proceso y que debe resolver objetivamente sin influencias ni presiones. Agregó que la independencia judicial debe tener un método de selección de jueces que garantice los derechos ciudadanos” (citado anteriormente)
Hugo Lorenzo, resaltó la importancia de que los jueces tengan “una sólida formación de conocimientos de la realidad social, la ética, la justicia y del derecho aplicable en los casos que el juez debe juzgar, fundamentales para la independencia judicial”, además de “una buenas selección, capacitación y remuneración”. Y, añadiría carácter.
Y el ex Comisionado Iván Velásquez cerró el evento con estas palabras: “… la justicia tiene que beneficiar a las personas, ser impartida por personas independientes, capaces, que reúnan todos los atributos del buen juez”. Pero, no fue lo que observamos en el país.
Asegurar la independencia absoluta del Sistema de Justicia, es determinante para el sistema republicano, al extremo que el presidente de México Manuel López Obrador, planteo la elección de magistrados de justicia de su país por medio de elección popular. La propuesta en mención, generó malestar al interior del Estado mexicano y propició el infortunado pronunciamiento de los embajadores de EE.UU y Canadá, cuestionando la propuesta que tuvo como consecuencia la respuesta de López Obrador, indicando que había establecido una pausa en las relaciones con estos países.
La posición del presidente de México fue reporteada por el periodista Elías Camhaji (El PAÍS. 28/08/2024): “Es buena, pero está en pausa”. Así respondió esta semana Andrés Manel Lópes Obrador a la pregunta de una reportera sobre el estado de la relación bilateral con Estados Unidos, tras los cuestionamientos abiertos del embajador Ken Salazar contra la reforma judicial. “Pausar significa que vamos a darnos nuestro tiempo”, agregó el presidente mexicano, ante la ambivalencia de la declaración, que lanzó el dardo también al representante canadiense, Graeme C. Clark, incidentalmente salpicado por la polémica. Cuando España se rehusó a disculparse por los abusos cometidos durante la Conquista, López Obrador “pausó” los contactos en febrero de 2022 e hizo los mismo con Perú en diciembre de ese año, tras estallar contra el Gobierno de Dina Boluarte. Aunque los reclamos del Ejecutivo están centrados en Salazar, la última pausa ha echado hielo a las relaciones de México con sus dos principales socios comerciales, al calor de sendos cruces de declaraciones, acusaciones de injerencismo y un contexto político atravesado por las elecciones del otro lado de la frontera”.
Lo manifestado por López Obrador causó bastante ruido y por supuesto criticas y aplausos, como suele suceder en cualquier país que se considere democrático y soberano; lujo que los últimos gobernantes guatemaltecos, no han podido darnos.
La conclusión anterior, explica la entradilla de este artículo en cuanto a que: “sin justicia, no hay libertad” y sin esta no hay soberanía, aunque la pregonemos a todo pulmón, sobre todo durante el próximo mes.