Mundo & Co.
César A. García E.
Fui anti globalista declarado, desde que aquello se convirtió en moda económica -hace décadas- y prácticamente todos mis colegas -economistas- la defendieron a capa y espada. Siempre me preocupó la imposibilidad real de competir, de naciones chicas, pobres y atrasadas, con infraestructura frágil, además de rezagos humanos obvios. Pasó lo que tenía que pasar y -paulatinamente- “el pez grande se comió al chico”. Ello ocurrió entre naciones, industrias y comercios, principalmente.
La proliferación de empresas exitosas y que pudieran aspirar a grandes, básicamente, se truncó y las grandes fueron más grandes… imparables, mundiales y poderosas. Fueron capaces de absorberlo -casi todo- todo y, como resultado, hoy el mundo tiene muchos menos dueños y muchísimos más empleados que se están quedando sin trabajo. El aliento del emprendimiento y el pequeño negocio, sufrió un golpe devastador. Las universidades se siguieron enfocando en formar empleados.
Casi cada producto que tomamos de la góndola del supermercado, corresponde a una veintena de empresas y esas, a una decena de inmensas corporaciones foráneas. El poder concentrado, aspiró a más y entonces, decidió conseguir control político global; en lo personal, anuncié hace muchos años -en diversas columnas de opinión-, era su objetivo: una sola religión, una sola moneda y un solo gobierno, en un futuro cercano.
Estamos en el futuro. Llegó antes de lo que lo esperaba y todo se consolida de una forma vertiginosa que me asombra. Debo admitir que me horroriza el borreguismo universal que se ha instalado en la mente de quienes otrora significaron esperanza… los jóvenes. Ellos, no se enteran de nada, no ven lo que ocurre… más allá de su móvil, no se inmutan ante el autoritarismo que nos encerró -irracionalmente- hace tres años, ni se escandalizan, por la degradante contracultura que intenta romper nuestra base social y ya ha sido adoptada –“modernamente”- por muchos de los padres de estos jóvenes. A esta debacle se le llama “progresismo”, aunque conduce a la extinción de la humanidad.
El método de sometimiento elegido, ha sido el miedo, porque “el miedo no anda en burro” y rápidamente se expande, contagia y paraliza. Será, la suma de todos los miedos, la que hará posible el surgimiento de una dictadura global que, además, se celebrará y será vista como la esperanza de armonía, subsistencia y seguridad. Aunque haya arrebatado: la paz interior, la libertad y el libre albedrío y la inocencia de los niños. En este momento se programan cerebros por todas las vías; en cada “noticia”, en cada móvil y la cada plataforma de ocio de la televisión y hasta en las caricaturas.
Ya convencieron a la humanidad que los gobiernos la aman y protegen. La han convencido de que, su sistema inmune es inútil e inoperante y adrede ocultan -las “noticias” y formadores de opinión- sobre los miles de batallas que gana nuestro organismo -diariamente- contra miles de micro organismos, saliendo airoso en la inmensa mayoría de ocasiones.
Nos convencen -ahora- y pese a ser una farsa criminal, sobre “el cambio climático” y los incendios en diversas partes, cuando se sabe que fueron provocados. Finalmente nos harán creer que, en efecto, fueron ataques desde el cielo, siendo los responsables los alienígenas. No es casualidad que los ejércitos más importantes del mundo, sigan combatiendo con aviones carcachas de más de tres décadas. Seguramente lo vistoso y actual -hasta hoy secreto- formará parte del show aéreo de la “invasión extraterrestre”.
Los hologramas súper desarrollados, harán su debut en todo su esplendor, con visiones celestiales “sobrenaturales” y quizá hasta logren engañarnos, con la segunda venida de Jesucristo, tantas veces profetizadas en La Biblia. Los malos, los perversos, los siniestros, tienen todo el control para manejar: comunicaciones, internet, noticias y gobiernos, ya todo ello es parte del conglomerado “Mundo & Co.”. Los gobiernos locales son irrelevantes y obedecen agendas de suprapoderes por nadie elegidos, como las Naciones Unidas y sus infectas dependencias, o por el Foro Económico Mundial, cuya existencia e injerencia, son posibles porque la concentración de riqueza, gracias a la globalización. Mundo y Co., es capaz de tratar como mendigos, a los otrora millonarios locales; el panorama propone un cambio que destruirá todos los paradigmas.
Personajes tan vistosos y “contracorriente”, como Putin, Trump o Musk representan esperanza, pues parecen luchar, contra el Nuevo Orden Mundial. Lamentablemente no les creo, ellos son “compadres hablados”, eso sí, elementos muy valiosos, para convencer a los escépticos y serán los encargados de que, los “conspiranoicos”, vean con esperanza el arreglo global que se avecina, para la presentación social y global de Mundo & Co.
Aparentemente el BRICS, también presenta un contrapeso; de hecho, ya es más importante que el bloque occidental. Pero ojo con esto ¿En la PlanDemia criminal, denominada Covid 19, acaso no participaron los más relevantes miembros del BRICS?, ¿No fabricaron los chinos y rusos millones de vacunas y no promovieron la inoculación planetaria? ¿No fue China la primera en encerrar a su gente, promover el pase sanitario y la identificación digital y ahora lo vuelve hacer? Estas realidades pueden darle una idea de que, en el primer paso del control global, todos estuvieron de acuerdo y punto… solo se afinan detalles entre poderosos.
El retardo del gobierno mundial -Mundo & Co.- obedece al camino negociado, para la muerte digna de los EEUU. Su caída como imperio, no podía ser deshonrosa, su quiebra brutal, por el endeudamiento irracional desde hace décadas… no puede reconocerse en público; el gigante debe caer, pero provocando -como todos los imperios que murieron antes- destrucción, zozobra y caos… sin importar quien caiga.
Lo que se negocia con la guerra de Ucrania que elige como adalid a un hombrecillo depravado e insignificante o con la convicción China de querer Taiwán si o si… solamente son los puestos y poder en la directiva de Mundo & Co.; son intereses lo que se pelea en estos ridículos, pero sangrientos, zipizapes.
La junta directiva de Mundo & Co. estará conformada quizá por diez directores y el mundo ya fue repartido claramente. Los gringos tuvieron que ofrendar la libertad americana y todas las bases morales y tradicionales que lo hicieron una gran nación; para tan triste misión, necesitaban un siniestro como Biden; la OTAN también debió conceder el dominio de África y los EEUU, permitir la injerencia obvia de China en “su” continente… Taiwán será historia pronto. Quizá no más del 30% de Mundo & Co., corresponda al bloque de la finada OTAN.
Para el gobierno corporativo de Mundo & Co., -quizá con pocos ajustes- ha sido elegido, el chino que implica productividad bajo dirección estatal, así como reconocimiento biométrico y especialmente facial, identificación digital y ausencia del dinero físico. Como resultado -claro está- todas las divisas importantes dejarán de existir y surgirá una sola, dándose un plazo perentorio para que el mundo se suba al modelo y punto. Los gobiernos locales no durarán más de diez años… quizá menos.
En los años que vienen, es menester prepararse y hay poco tiempo. Los gobiernos guiados por Mundo & Co. lo están controlando todo: comunicaciones, localización, llamadas telefónicas, mensajes de texto, correos electrónicos y videoconferencias. Se están fabricando los perfiles de los disidentes y se reclutarán traidores por doquier. Los encargados de “manzana” de los regímenes totalitarios, ya no serán necesarios. Sin efectivo, sin noticias verdaderas, con desinformación y pánico, Mundo & Co., la corporación con menos dueños y los más ricos que jamás existieron, desea una población de esclavos sumisos a quienes mantendrá con una renta “universal”, sin hambre y frío, pero también sin propiedad y libertad. Eso sí, una población reducida y controlable y para ello erigirá “dioses y profetas” para que sigan dando “soluciones”, inoculando a incautos y reclutando esclavos voluntarios. Pero como en las películas antiguas, cuando se fomentaban valores y decoro… el bien triunfará y Dios sobre todas las cosas. Es sensato, estar cerca de Él… más que nunca y buscar Su sabiduría. ¡Piénselo!