Los 48 Cantones regresan: el cinismo ancestral en el Congreso
Por Julio Abdel Aziz Valdez
Así como lo oyen, luego de que se suspendieran los fondos para la USAID y que esta dejase de apoyar a dicha organización comunitaria, que no ha dejado de ser una de las organizaciones queridas del Estado clientelar.
Sobre todo, después de que demostraron su compromiso con fomentar la ingobernabilidad y el ansia de destruir la economía local, luego de que bloquearon por días la ruta a Occidente en el año 2023, para allanar el camino al inquilino de la Casa Presidencial. Claro que esto, en su momento no se hizo de gratis como tampoco en lo fue antes, incluso cuando dichas demostraciones costaron vidas humanas.
En fin, regresan ahora, ataviados de folklorismo. Cuando es así los fotógrafos de los medios cual pasarela de modas se emocionan en gastar memoria de sus fulgurantes cámaras fotográficas. Así mero, y con la actitud altanera como acostumbran, pues reclaman que se les atiendan, convencidos o auto convencidos, de que sin ellos no habría gobierno de la Nueva Primavera, es hora de seguir reclamando.
Es bueno recordar los fondos especiales que seguramente han salido del MIDES para la región, su participación en la elección al gobernador departamental de Totonicapán, sin contar los innumerables puestos en la burocracia local para varios de sus anteriores directivos y, otros entusiastas y bien ataviados comunitarios. Con todo esto, pues vienen a pedir más.
No se confundan, ahora vienen con la exigencia de que los diputados se bajen el salario. Es necesario mantener la buena prensa de izquierda, que finalmente son los que los ubicaron en lo mas alto de las organizaciones ancestrales, la que mas solvencia moral tiene según ellos.
Este reclamo es el mismo de los sindicalistas del sector magisterial que piden mas fondos para la refacción escolar, o los sindicalistas del sector salud que piden abastecimiento de medicamentos. En ambos casos el supuesto reclamo reivindicativo se dice primero ante los medios, pero en la mesa los aumentos salariales y las prebendas para los directivos de aquellas anacrónicas organizaciones es lo que domina.
Pues bien, para los 48 Cantones la estrategia funciona, por lo tanto, la llevan a cabo. Imaginen ustedes: este gobierno de ex onegeros y pseudo intelectuales de izquierda, se verían muy mal si hace, lo que ni los gobiernos de derecha hicieron, que era reprimir a quienes bloquean las vías, y más, si delante de esas muestras performáticas, aparecen cortes y güipiles, bastones ediles y sombreros de fieltro, toda esa imagen de un gobierno del pueblo y para el pueblo, como lo dicen los diputados de Semilla que ganan 60 mil al mes, se vendría abajo.
En realidad, los señores de los 48 Cantones vienen a reclamar, no solo fidelidad, sino el uso de la marca, ¿cómo así se preguntarán? Pues bien, si hay algo que la izquierda ancestral ha aprendido en estos largos años de desarrollismo, es que su imagen vende. Así es, cuando un güipil y un sombrero son simbolismos de pobreza y resistencia, ya no solo de identidad tipo 15 de septiembre, pues es eso lo que los señores, que al parecer sucumben ante el desempleo galopante en aquella región de Occidente, se les ha hecho una buena idea cobrar por aparecer o mejor dicho por no aparecer. O sea, por no hacer sus demostraciones de rebeldía. Así es, de nuevo están en las calles.