Justos pagan por pecadores
Inés de Ibargüen
El recuento de lo que sucede actualmente, inicia cuando un presidente ilegítimo llega al poder. Aunque termina de apoyar la expulsión de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), y en la Corte de Constitucionalidad (CC) hay un cambio positivo, en cuatro años no se renovó la Corte Suprema de Justicia (CSJ), lo que fue pésimo para la institucionalidad, aunque la elección de la CSJ se estancó gracias a los amparos que grupos afines a la CICIG interpusieron.
La elección de Allan Rodríguez en lugar de Orlando Blanco, “pintaba bien”, pero el tiempo se encargó de demostrar la realidad. Grupos ciudadanos de derecha tratamos de incidir para que el Congreso eliminara tributos inconstitucionales y rebajar otros. Además, se exigieron cambios a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP).
La llegada de la pandemia Covid 19 fue una oportunidad para que el gobierno, en complicidad con el Congreso, asaltaran masivamente al Estado. El robo fue denunciado en todos los medios, pero el MP y la Contraloría General de Cuentas (CGC), se quedaron callados ante el saqueo descarado de un país condenado a la inactividad por los encierros decretados, que violaron todas las libertades individuales de la ciudadanía.
Todo esto, sumado a que el “marinovio” de Alejandro Giammattei, “Miguelito”, se presentaba cada día más poderoso y amenazante, marcó el inicio de un hartazgo ciudadano por la pésima gestión pública de la pandemia. Mientras la “danza de los millones” seguía continuamente, el encierro impidió a los guatemaltecos salir a manifestar.
Entretanto, comienza la compra de instituciones. Las cámaras empresariales y el CACIF, callados y complacientes, mientras las asociaciones que lucharon contra la CICIG, sorpresivamente inician su apoyo al desgobierno de Alejandro Giammattei, el presidente electo sin representatividad y con señalamientos de fraude, quien también terminó avalado por grupos religiosos que fueron utilizados por el simulado discurso provida del presidente.
Es conocido públicamente que “Miguelito” y Manuel Conde Orellana, ex diputado del PAN que terminó como candidato de Vamos, comenzaron a aceitar la maquinaria de gobierno con millones defraudados al Estado, para la reelección.
Los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), fueron escogidos por la trinca o la aplanadora oficialista: Zury Ríos, Sandra Torres y Alejandro Giammattei, del que se comenta que había facilitado la impunidad de Torres para lograr “full” apoyo en el Congreso, como efectivamente se demostró con cada votación de la UNE.
El Congreso se unió, pero no para reparar los daños dejados por la CICIG, sino para saquear al país con presupuestos desfinanciados y estados de calamidad a la orden del día. UNE, Vamos, Todos, Valor, FCN y Partido Unionista, formaron un frente común para apoyar al oficialismo.
Al iniciar la campaña electoral, Thelma Cabrera y Jordán Rodas resultaron excluidos. Toda la derecha se congratuló. Poco después, sacan de la contienda al “junior” Arzú y de igual manera, todos contentos.
La aparición de Carlos Pineda fue un fenómeno inesperado. Tiktoquero con cientos de miles de seguidores, un lenguaje directo y conocimiento en el terreno sobre la problemática del país, rápidamente ganó la simpatía de millones de guatemaltecos. Después de encuestas que lo perfilaban como virtual ganador, también resulta fuera de la campaña.
A partir de ahí, el hartazgo ciudadano se incrementó y la campaña por el voto nulo comenzó a tener eco entre los guatemaltecos, mientras los partidos evidenciaban su desesperación y varios de los presidenciables se convirtieron en tiktoqueros a veces con resultados deplorables para su imagen.
Según Distra, Semilla pautó mucho dinero en Tik Tok dos semanas antes de las elecciones. El día de las votaciones ganó el nulo, seguido por UNE y sorpresivamente, Semilla antes de Vamos. Una excelente jugada del Norte.
Asustados, los de esta administración trataron de sacar a Semilla de la jugada, reviviendo denuncias que fueron presentadas hace cinco años y nunca habían sido atendidas. La población en alerta, opta por avalar a Semilla, reclamándole al MP la investigación tardía.
Mientras Semilla y su candidato con cara de “Tontín” parecen tener el apoyo de la ciudadanía, el MP se queda solo en esta aventura y el resto del cuento, se cuenta solo. Bienvenido, comunismo. Gracias, Giammattei.