«…No saben qué hacen»
Por Igumeni Inés Ayau
Cuando vemos a Jesús en la cruz, vemos el horrendo asesinato de un Inocente, lo peor de un Imperio en la historia. Pensamos en Sus sufrimientos y en que sufre por nosotros y año con año “alfombramos las calles” para no olvidar.
Escuchemos el diálogo de Jesús con Dios Padre: “Padre, perdónalos porque no saben qué hacen”. ¿Acaso Jesús ora por personas irresponsables? No. Jesús ora por personas responsables, pero inconscientes y por eso mismo culpables de lo que está en juego en esa ejecución. La inconsciencia no los hace inocentes. El momento histórico aturde la conciencia, pero no quita la responsabilidad. Es una inconsciencia culpable de la que Jesús es compasivo y pide a su Padre los perdone. ¿Una inconsciencia contagiosa a lo largo de los siglos?
Un momento histórico, una presión social, una ambición desmedida, puede llevar a perder la conciencia. Mantener la calma y la responsabilidad en todas las circunstancias, puede lograr no perderla, mantener el sentido de la vida, la capacidad de vivir de acuerdo a lo noble, no enturbiar la inteligencia, pues si se apaga la voz de la conciencia y gana la inconsciencia, la responsabilidad y culpabilidad estarán allí. ¿Es esta la realidad actual individual, familiar, nacional e internacional?
Intentemos que nada aturda nuestra conciencia y no olvidemos sus consecuencias nefastas, como entonces fue asesinar al Autor de la Vida.
Si nos abruma el peso de consecuencias irreparables, la súplica de Jesús a su Padre es el consuelo: “Padre, perdónalos…” Y el valor del ladrón arrepentido que suplica: “Jesús, acuérdate de mí” nos lleva a acoger como nuestra la respuesta de Jesús: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso” y así mantener la esperanza y querer ser responsables y conscientes.