Firmas falsas, inscripción de fallecidos y manifestaciones en un universo paralelo
Por Julio Abdel Aziz Valdez
Los reto amigos lectores, en especial a quienes están saliendo a manifestarse frente al Ministerio Público o quienes retuitean o repostean diatribas contra la Fiscal General por el proceso legal que se sigue contra el partido Movimiento Semilla a raíz de las acusaciones por su inscripción anómala en el Registro de Ciudadanos. El reto consiste en lo siguiente, es un ejercicio muy sencillo: hagan de caso y cuenta que tales procesos no son contra Semilla y menos contra Bernardo Arévalo. Desaparezcan de sus mentes esos dos nombres y concéntrense en los hechos. De ser así ¿seguirían con sus acciones?
Quienes los están manipulando o incentivando les han dicho que todo este proceso es porque ustedes, además de ser la izquierda lúcida y con superioridad moral, pertenecen a la tendencia política que siempre ha sido perseguida. Espero que esta tampoco se la crean, empezando porque la izquierda a lo largo de la historia reciente de Guatemala ha tenido mucho poder, en al menos tres administraciones del Ejecutivo, pero además cuenta con una extensísima red de Ongs y presencia omnímoda en las universidades, que son las que proporcionan cuadros para el Estado.
Si lo vemos en términos numéricos, se ha encarcelado por diversos delitos a más políticos de partidos denominados de derecha en los últimos 20 años que en toda la historia republicana de Guatemala, y vaya que podrían ser más. El punto es que no hay una especial persecución más allá de la que define un normal proceso contra un delito con pruebas claras.
Entonces, dirán otros, sí es especial, porque otros partidos políticos cometieron “de seguro” el mismo delito, y probablemente sea cierto. Vaya, eso dice más del sistema clientelar y poco cimentado en procesos de formación que tienen los partidos, pero en este caso no se puede partir de que se es inocente en tanto que los demás también son culpables. Es válido exigir que los demás partidos también sean investigados. Pero asumir que por la culpabilidad de otros partidos deba cesar el proceso contra Semilla, denota infantilismo y cinismo.
Poco a poco están escalando las amenazas de violencia callejera, recuerden cuando el FRG luchaba por la inscripción para presidenciable, su entonces diputado más famoso Efraín Ríos Mont, las muestras de repudio callejero, que por primera vez se hicieron en el centro financiero de Guatemala, no había un “Florecerás Guatemala” ni mucho menos, no es difícil comparar las amenazas de ayer con las de hoy. Es más, al unísono, la mal llamada comunidad internacional se mostró contra tales muestras de fuerza callejera. Ahora es al contrario, las alientan en tanto que dan cobertura a las diatribas victimistas que no dilucidan las acusaciones.
Pero sigamos en viajando en el universo paralelo, no cabe la menor duda que el concurso de delitos que supuestamente se cometieron, y que no están siendo dilucidados, jamás hubieran sido perdonados por la casta periodística y los sectores de izquierda si se le hubieran demostrado, como es el caso ahora, a la UNE por ejemplo. Hubiera habido más manifestaciones sí, pero exigiendo que el MP actuara, como lo está haciendo ahora, y no solo invalidara el partido, sino que apresara a los responsables.
Todo este ejercicio mental me lleva a las siguientes conclusiones, todo absolutamente todo tiene que ver con la naturaleza ideológica de los cuestionados, no con las acusaciones de las que seguramente están conscientes que son ciertas y, por eso no han hecho nada para desmentirlas han optado mejor por el insulto y la amenaza para los acusadores, además están usando a toda la quinta columna que está en el activismo estudiantil (muy reducido) Ongs, periodistas, netcenters (cada vez más agresivos) todo para imponer la narrativa del selectivismo judicial, del golpismo blanco, o más ridículo aun, el de querer destruir la Primavera. Hay que entender ahora que esto es un adelanto en primera persona de lo que nos espera para los siguientes 4 años.