La corrupción se derrota con hechos, no con palabras
Para combatir la corrupción no hay que gastar en ir a dar discursos en las Naciones Unidas ante un auditorio casi vacío.
Se le derrota aquí, en Guatemala. Con hechos, no con palabras.
Pero vamos mal. Los números no mienten.
Si el presidente hubiera cumplido su promesa de campaña, los corruptos no seguirían robándose el 40% del presupuesto general de gastos de la nación.
Aún con una pobre ejecución de tan solo el 35% a finales de mayo, 16 mil 162,123, millones de quetzales, el 40% de lo pobremente ejecutado, se hubieran rescatado de las garras de la corrupción.
Con ese dinero, manejado con transparencia y capacidad, se recupera físicamente el sistema escolar y de salud pública hoy vergonzosamente abandonado.
Y esto sin afectar con nuevos impuestos escondidos al ya duramente castigado pueblo de Guatemala, golpeado a diario con el incremento incontenible, del costo de la vida.
Desafortunadamente el saqueo continúa.
Erradicar a la corrupción en cualquiera de sus formas, es el único camino, para rescatar a nuestro país del abismo.
¡Despierta Guatemala! Los servidores públicos no tienen carta blanca. Son sujetos de rendición de cuentas. Pero tampoco los ciudadanos debemos dejarlos hacer lo que se les venga en gana. Sus funciones son constitucionales y deben cumplirlas. Asegurémonos que así sea.