El Día “D[1]” para los guatemaltecos
Mario Mérida
El próximo domingo (25/junio) asistiremos a las mesas de votación, que esperan atender a 9 millones 356 mil 796 empadronados (La Hora 26/03/2023), para elegir a la totalidad de alcaldes, diputados y a los dos finalistas a la presidencia. Evento que se realiza en medio de un ambiente de incertidumbre social, causada entre otras razones por desastres devenidos de las lluvias; el agobio por las altas temperaturas; violencia social y criminal, repunte de Covid-19; anuncio de escasez de granos básicos, y la movilización de los especuladores; impugnaciones electorales tardías y falta de control del Tribunal Supremo Electoral, que reconoció su incapacidad para evitar la entrega de regalos por los partidos políticos, que creen asegurar el voto entregando obsequios o víveres a los guatemaltecos.
Cabe mencionar también la desafortunada intervención de este tribunal, en asuntos propios del Ministerio de Salud, como recomendar el uso de mascarilla para asistir a los centros de votación, objetada por los fiscales de los partidos políticos debido a “polémicas, discrecionalidades, otras interpretaciones o ser aprovechada para fines partidarios, por lo que solicitaron al TSE reiterar con mayor claridad de que el uso del tapabocas es una recomendación y no una obligación”.
También es verdad, que la cantidad de candidatos presidenciales dificulta en parte decidirse por uno ellos (as), como lo son las limitaciones establecidas por la Ley Electoral y de Partidos Políticos; amén de los recursos legales interpuestos por parte de organizaciones civiles, partidos políticos y otras personas a título personal a pocos días de la realización de las elecciones, tal es el caso del partido Poder, que por resolución de la Corte de Constitucionalidad CC (21/06/2023), quedó fuera de la contienda, que motivó el llamado de la CC a un mayor esmero de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral, en la atención de los casos que se le planteen[2].
La resolución de la CC citada anteriormente “conmina al Tribunal Supremo Electoral para la debida diligencia, oportunidad y congruencia en su proceder, para no generar expectativas en el ciudadano participante y elector que luego, por reversión tardía, hacen daño a la percepción de la pureza del proceso electoral”. Además, advierte también a “la Corte Suprema de Justicia, para que, cuando ejerza funciones de Tribunal Constitucional, en casos como el presente, pondere los efectos que para la democracia conllevan sus fallos y evalúe, la afectación al proceso electoral” (Prensa Libre. 21/06/2023). Llamadas de atención que hay que leer e interpretar, pero que indiscutiblemente aumentan la incertidumbre con relación a la validez de las resoluciones de estos estos órganos.
Las advertencias anteriores son igualmente válidas para las futuras actuaciones de la CC[3], ya que seguramente surgirá más de un amparo contra los resultados del proceso electoral del día 25. Bajo el supuesto de posiblesimpugnaciones de los resultados por la participación de una candidata que tenía veto constitucional, igualmente la de un vicepresidente que era miembro activo de una iglesia, de un partido que supuestamente plagió el nombre de una marca comercial o por la recomendación del uso de mascarilla por parte del TSE, que desestimuló la participación, etcétera.
A manera de reflexión, pareciera una pérdida de tiempo insistir en la importancia de elegir racionalmente quién dirigirá al país; pero es necesario debido a la falta de un discurso político a la altura de las circunstancias en que se encuentra el país y de un elector desmotivado. Es pertinente exhortar a los votantes a analizar las encuestas que muestran la preferencia de 1,202 encuestados a nivel nacional, tal como lo plantea Prensa Libre, emisor de la encuesta presentada el pasado jueves: “… son una guía para conocer el sentir social en una época determinada y evitar sesgos…” (22/06/2023). Dicho de otra manera, representa las preferencias de personas simpatizantes de algunos de los candidatos, que encabezando estas mediciones. Pero, hay que aceptar que hubo respuestas de otros encuestados, quienes posiblemente no asistirán a votar y están aquellos que asistirán esperanzados por los ofrecimientos de los contendientes en estas elecciones generales.
En el ambiente se percibe cierta incertidumbre, que se despejará con el inmediato conocimiento de los resultados, conforme las mesas finalicen el conteo de las boletas. Esperamos que las circunstancias adversas que se presenten se resuelvan correctamente, para evitar disputas callejearas por desavenencias con los resultados preliminares.
Nuestro país no está en el mejor momento para afrontar conflictos expresados violentamente, derivados del proceso electoral. Comprenderlo requerirá de una buena dosis de madurez política de los líderes partidarios, para dejar en manos de quienes corresponde la respuesta legal a las impugnaciones que se presenten. Sin dejar de mencionar la posibilidad que detrás de las elecciones se mueven fuerzas oscuras, que operan por medio de las redes sociales capaces de generar ingobernabilidad, vía acciones violentas contra la institucionalidad responsable del proceso electoral y de las autoridades responsables de asegurar el desarrolle pacífico y seguro del proceso electoral.
[1] “Día D”, es un término heredado de la Segunda Guerra Mundial, que sirvió para designar el inicio de la “Operación Overlord” (06/06/1944) de los aliados en las playas de Normandía.
[2] Datos de la encuesta de Prensa Libre (22/06/2023) a la pregunta ¿Cree que Tribuna Supremos Electoral a hecho una buena labor : 66% respondieron (no) y 34% (si)
[3] Datos de la encuesta de Prensa Libre (22/06/2023) A la pregunta ¿Cree que las cortes de justicia han sido limpia y trasparentes en sus decisiones sobre el proceso electoral?: 76% respondieron (no) y 24% respondieron (si).