Desconectando la amígdala del Hipocampo
Para reducir el ruido mental dentro del cerebro existe una única herramienta, la cual propicia un cambio físico en la estructura del cerebro, con una capacidad transformadora; y es el amor.
Y es lo que menos existe en estos tiempos, porque las batallas se libran fuera, en la inconsistencia de los eventos de la vida diaria, pero las guerras se ganan por dentro. Y es necesario mencionar que, dada la vida de apariencia que manejamos con un hedonismo artificial excesivo, “una mirada muy superficial.”
Yo no puedo negar que en la vida se nos presentan encrucijadas, pero dentro de nosotros hay una sabiduría especial que no sale a flote porque no nos sentimos plenos; debido a que es demasiado el ruido mental, el deseo de control, el espíritu de arrogancia, la soberbia y la prepotencia y una ambición personal fuera de todo sentido. Y ya no se nota en el ser humano estos rasgos perturbadores de nuestra propia tranquilidad. Cada día se hacen más normales en nuestro diario vivir. Y a eso le hemos dado por llamar éxito.
Aquí es donde podemos concluir que la mayor parte de la presión no la da el mundo externo, sino el mundo interior, cuando se te termina tu capacidad de negociar y de tomar sabias decisiones porque el exceso de tu diálogo interior vive sometido a tal presión que no te permite funcionar, y permanecer con la capacidad de asombro por la sencillez de la vida y por la increíble verdad absoluta que. “ todo tiene solución”, aun el dolor de la muerte y la crisis de una enfermedad.
Vivimos en piloto automático, con un déficit de atención tremendo, y es el Hipocampo el que nos ayuda a reinventarnos, a desechar el miedo y la ira, a invitar a reconectarnos con el silencio y escaparnos de la tiranía del ruido.
Saborear la vida es un viaje que o lo llenamos de sentido o de desesperación. Pero el desorden y el miedo, el odio, el resentimiento también tienen poder. Pero hay algo particular: TU DECIDES.
Es increíble el poder del pensamiento para atacar el cerebro y parar la amígdala, desconectarla del hipocampo y por lo tanto, detener el miedo. No le tengas miedo a nada y regresa a la belleza de ser como un niño envuelto en alegrías y en las más grandes aventuras de lo que es vivir esta vida tremendamente hermosa.