¿Seguiremos el camino de Bélgica? ¿O aún podemos hacer algo para evitarlo?
MSc. Mario Mérida
Estoy seguro de que un buen número de lectores no se ha enterado de un asunto que está dando de qué hablar con respecto a que Bélgica está a punto, o ya es un narco Estado. La noticia sorprende, porque hace unos años era imposible pensar que un país como este, tuviera problemas de esa naturaleza, pero hoy se da por sentada la amenaza del narcotráfico en el corazón de la Unión Europea, tras conocerse un reciente reportaje de la cadena de televisión BBC en el que Norberto Paredes, autor de la nota, informa sobre la infiltración de “los tentáculos del narcotráfico” a través del puerto de Amberes.
La alerta acerca de la infiltración del narcotráfico, surge luego de que una magistrada belga, hiciera pública una carta en la cual pide ayuda urgente al gobierno de su país, ante la certeza de que está en proceso de convertirse en “narco Estado”.
La magistrada de Amberes indica que «Se han consolidado grandes estructuras mafiosas convertidas en una fuerza paralela que desafía no sólo a la policía, sino también al poder judicial». Solo durante el 2024 ha contabilizado más o menos 89 tiroteos en calles y avenidas de la capital belga, con una tendencia hacia el aumento para este año y 2026, a menos que se logre una mejor respuesta de la policía belga en el combate al narcotráfico.
Lo cierto, es que según la fuente periodística consultada *Desde el año pasado, Bruselas tiene catalogadas 16 zonas que se consideran especialmente peligrosas llamadas hotspots, principalmente relacionadas con bandas criminales y el narcotráfico”.
Desde el análisis criminalístico para determinar si un país es un narcoestado, requiere como mínimo que exista un nivel alto de violencia, corrupción gubernamental y que los beneficios financieros del tráfico aporten sustancialmente al PIB. Personalmente agrego la necesaria complicidad o indolencia de los órganos de justicia.
Sin embargo, a pesar de que la calificación de narco Estado provino de una alta magistrada, para algunos esta calificación es exagerada. Una de ellas es la criminóloga Letizia Paoli[1]*, para quien “… un narcoestado tiene tres características: un nivel muy alto de violencia que afecte la vida comunitaria, una corrupción relacionada con las drogas tan extendida que alcance las más altas esferas del gobierno y una economía de la droga que aporte mucho al PIB”. En el caso de América Latina, y particularmente de Guatemala agregaría: influencia o control de algunos operadores de justicia, así como una simbiosis entre el crimen organizado y algunos pobladores de áreas sin presencia estatal, como ocurre a lo largo de la frontera Guatemala-México.
Otros expertos, que cuestionan el calificativo de narco-Estado parten de que el movimiento de la droga hacia el puerto de Amberes, no se relaciona con corrupción o dejadez de las autoridades, que se han esforzado en su contención, sino porque este puerto es estratégico para la distribución de droga hacia Europa.
Lo narrado anteriormente, confirma que la movilización de la droga es alta, como también lo es la corrupción existente. “… Organismos internacionales europeos han documentado actividades de “sicariato en Holanda, España y Suecia. Según Damián Zaitch[2] *, uno de los expertos entrevistados por los articulistas, “Hay mayor cantidad de corrupción no solo relacionada con la policía y la aduana, también con trabajadores de los puertos”, en alusión al puerto de Roterdam. Pero, indudablemente lo mismo ocurre en los puertos de arribo de EE. UU. De otra manera, no se explica cómo llega la droga a los 50 Estados.
El aporte de los expertos y sus diferentes enfoque y conclusiones, deben servir de base para una investigación seria, para corroborar la fragmentación de los carteles de la droga colombiana (1990): “… el negocio del tráfico se fue dislocando y tercerizando. Incorporando a campesinos, fabricantes, empresarios, transportistas, aduaneros, pilotos, marineros, buzos, policías, militares, peones y vendedores al menudeo forman los eslabones de una cadena que, al cerrarse, hacen que la cocaína de los Andes llegue a cualquier destino del mundo. Y lo hacen de forma compartimentada, autónoma.
Indudablemente lo mismo ocurre en los puertos de arribo de EE. UU, y el seguimiento policial, de otra manera, no se explica cómo llega la droga a los 50 Estados de la unión americana”. Pero, sin duda la conclusión más contundente está reflejada en el artículo “El tráfico de cocaína se dispara en Europa” publicado por Elías Camhaje.06/Dic.2025: “…El mercado europeo mueve al año más de 11.600 millones de euros, supera los seis millones de consumidores y las incautaciones de esta droga baten récords en la UE.
“Es oportuno agradecer a quienes hacen posible este espacio de opinión y a los cientos de lectores, y a la vez aprovechar para desearles Feliz Navidad y Próspero 2026.
[1] https://www.bbc.com/mundo/articles/c8drvd226rlo/ 2 diciembre 2025
[2] Guillermo Garat, E y Jorge Galindo, autores del artículo “LA COCAÍNA UNIVERSAL”. el país españa. 13/12/2020),








