Intervención estatal contra los amish, el error que le costó muy caro a los demócratas
La injerencia en la actividad comercial de un amish que vende productos orgánicos de su granja, fue el detonante para que miles de amish acudieran a votar, convirtiéndose en el elemento decisivo que inclinó la balanza a favor de Trump en Pensilvania. Además de los amish, unos 250 mil agricultores estadounidenses que viven en esa región también han sido perjudicados por las políticas del gobierno demócrata.
Redacción
Amos Miller fue hostigado por el Departamento de Agricultura, la FDA y el CDC, que lo obligaron a tirar la leche que produce en su granja orgánica desde hace más de 30 años. Lo denunciaron por vender leche presuntamente contaminada, si bien Miller argumentó que vende únicamente a un club privado y fue hostigado por las autoridades de Pensilvania, actualmente gobernada por el Partido Demócrata.
El agricultor, fue obligado a producir leche exclusivamente para el consumo de su familia y recibió una incómoda visita del FBI. La granja que administra, llamada Miller’s Organic Farm, produce yogur, kefir, leche, quesos y otros productos orgánicos. Miller no utiliza energía eléctrica, fertilizantes y ninguno de los procesos que el gobierno exige para tratar los lácteos. Sin embargo, la granja solo vende a socios, cuya membresía se logra por un único pago de US$35.
Según una publicación de la Fundación para la Libertad Económica, los representantes del «mundo civilizado» usaron amenazas para lograr que Miller cumpliera las condiciones impuestas. Entretanto, el amish, sus empleados y clientes, «han llevado a cabo transacciones pacíficas y voluntarias».
Tal como sucedió en el caso de la ardilla Peanut y el mapache Fred, sacrificados por burócratas despiadados, el caso de Miller motivó indignación entre los estadounidenses, que valoran la libertad individual y especialmente, miles de amish que habitan Pensilvania desde el siglo XVIII y raramente votan.
Según informativos estadounidenses, los amish ejercen el voto muy rara vez. El promedio de participación electoral de esa comunidad es del 10%, y este año, votaron masivamente. Anteriormente, lo habían hecho en 1950, para evitar que la educación pública se convirtiera en obligatoria.
Conservador y opuesto a las regulaciones
El discurso de Donald Trump, conservador y desregulador, cautivó no solo a los amish sino a los miles de campesinos en Pensilvania, con 20 votos en el colegio electoral, de los que 19 fueron para Donald Trump y JD Vance, cuyo origen rural lo ubica como acérrimo defensor de la libertad individual.
Los amish no utilizan redes sociales, no ven noticias y evitan involucrarse en el mundo de la política. Por ello, un papel relevante fue asumido por Scott Presler, activista de Gays por Trump y de un grupo anti musulmán. Presler recorrió de casa en casa y en mercados agrícolas el condado de Lancaster, acercando a la población a la política conservadora que promete desregular los mercados y frenar la agenda 2030.