Aterriza en Kosovo el primer contingente de 200 soldados británicos para reforzar la misión de la OTAN
El primer contingente de 200 militares británicos ha llegado este viernes a Kosovo en el marco del refuerzo de personal de la KFOR, la misión de la Alianza Atlántica en la antigua región serbia, tras la última escalada de tensiones en la zona.
Por dpa/EP
Los militares británicos pertenecen al Primer Batallón del Regimiento Real de la Princesa de Gales, y se unen así al contingente británico de 400 efectivos ya desplegado en Kosovo, según ha detallado la OTAN en un comunicado.
Junto a las tropas británicas se espera que en los próximos días llegue a Kosovo otro centenar de militares rumanos después del anuncio del Gobierno de Rumanía del pasado martes.
«Estos despliegues son un paso prudente para garantizar que la KFOR tenga las fuerzas que necesita para cumplir su mandato de la ONU de mantener un entorno seguro y libertad de movimiento para todas las personas en Kosovo», ha añadido la Alianza Atlántica.
El despliegue se basa en una solicitud del Comandante Supremo Aliado en Europa de la OTAN y fue aprobado por los Aliados en el Consejo del Atlántico Norte.
Los países miembros de la OTAN autorizaron la semana pasada el despliegue de más tropas en la KFOR, y se mostraron a favor de realizar más «ajustes» en la postura de la operación si fuera necesario tras el último repunte de la violencia.
Dentro de la OTAN se reconoce la necesidad de realizar «ajustes» en una misión que llegó a tener 50.000 efectivos en un primer momento y que con los años ha ido reduciendo su contingente. La reunión de ministros de Defensa el próximo 12 y 13 de octubre en Bruselas será la primera cita en la que este asunto esté sobre la mesa.
La alianza atlántica subraya la necesidad de que las partes rebajen las tensiones en el norte de Kosovo y urge a Belgrado y Pristina a comprometerse con el diálogo facilitado por la UE, insistiendo en que es «la única manera» de resolver las disputas actuales.
El ataque de un grupo armado serbokosovar en un monasterio ortodoxo en Banjska que se saldó con un policía kosovar muerto, ha supuesto una nueva oleada de tensiones entre Belgrado y Pristina que en el seno de la alianza ven con preocupación más después de que la KFOR fue objeto de ataque el pasado mayo.