Renuncia de Alvarado exponen ineficacia del gobierno
El gobierno de Guatemala informó este 15 de noviembre que el presidente Bernardo Arévalo aceptó la renuncia del Ministro de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, Félix Alvarado, quien asumió el cargo en mayo sin lograr avances significativos en la cartera.
Redacción
La renuncia de Félix Alvarado como ministro de Comunicaciones, se suma a una serie de desaciertos de la administración de Bernardo Arévalo. A pesar de haber asumido el cargo en mayo, Alvarado nunca logró superar los cuestionamientos sobre su gestión, que estuvo marcada por la falta de respuestas efectivas ante las emergencias.
Su mandato fue una sucesión de promesas incumplidas y la falta de voluntad política para resolver los problemas de mantenimiento de las carreteras y las emergencias en arterias principales del comercio del país como la carretera Palín-Escuintla y el puente Nahualate.
Desde su nombramiento, Alvarado enfrentó a cuestionamientos por la falta de respuestas concretas y agilidad en la atención a las emergencias de infraestructura que enfrenta el país. Asimismo, su gestión fue criticada por la aparente falta de voluntad para atender la crisis vial que afecta áreas clave del país, que provocó las crecientes quejas de ciudadanos y sectores que exigen soluciones ante los problemas de tráfico y deterioro de la red vial.
Según el comunicado del gobierno, la viceministra Paola Constantino asumirá de manera interina, siguiendo instrucciones del presidente Arévalo para atender las necesidades urgentes en infraestructura y mejorar la respuesta institucional en temas críticos.
A pesar del evidente fracaso del funcionario, el presidente le agradeció por su trabajo, resaltando su honestidad y transparencia. Es evidente que el discurso oficial no se corresponde con la realidad de una administración que no ha logrado afrontar los desafíos de la infraestructura del país.
La salida de Alvarado, junto con la renuncia del viceministro de Infraestructura Max Alejandro García, el pasado 8 de noviembre, refuerza la sensación de caos y descoordinación dentro de un gobierno.

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