Implicaciones del etanol obligatorio. Caso Guatemala (V y final)
En el último fragmento del texto, Toledo expone las conclusiones y analiza la verdad detrás de la pretensión para obligar al uso de etanol en Guatemala, donde debería venderse según la libre competencia.
Producción nacional, destino del etanol y precio
“En Guatemala, existen cinco destilerías que producen etanol a partir de la melaza, un subproducto de la producción de azúcar; es decir, que primero se produce azúcar, y luego el etanol industrial, carburante y para bebidas. Guatemala es el mayor productor de etanol a nivel centroamericano, y tiene una capacidad instalada de 65 millones de galones de etanol por año. De la producción total, se utiliza el 10 % para la industria y preparación de bebidas; mientras que el 90 % se exporta principalmente a Europa y Estados Unidos (MEM y Fundación Solar, 2015)”. Pág. 13.
Esto nos hace caer en el tema más importante, el precio.
“El precio permanecerá estable en Guatemala, sobre todo porque el 90 % seguirá determinado por la gasolina que se importa y no por sus aditivos…” Pág.10.
Este pequeño párrafo no me dice nada. La información que quizás más utilidad hubiera tenido el REPORTE FINAL DE LOS RESULTADOS PROYECTO PILOTO MOVILIDAD VERDE 2020 es un análisis de precios internacionales y calcular cuál sería el precio en Guatemala de acuerdo a las condiciones planteadas.
Como lo mencionamos al principio, referencias de precio en Estados Unidos muestran que el etanol que se vende allá tiene un ahorro aproximado de 28% equivalentes a $1.06 por galón, ya deduciendo el aumento de consumo de combustible. En, los mercados internacionales, en las mismas condiciones, según US Grains Council, el etanol es $1.79 más barato por galón.
En Guatemala el etanol está exonerado de los impuestos que paga la gasolina, que son dos: El Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre importaciones y el Impuesto Sobre Distribución de Petróleo y Derivados (IDP). El primero se obtiene al calcular el precio de costo, seguro y flete (CIF) a puerto de destino por la tasa única de 12%, el segundo es una cuota fija de Q7.40/galón de gasolina superior y Q7.60/galón de gasolina regular.
De manera que para cualquier comparación de precios entre etanol y gasolina en Guatemala deben tomarse en cuenta la exoneración de impuestos y el aumento de consumo de combustible.
Si ya hecha esta deducciones el etanol es más barato, podría competir en el mercado sin hacerlo obligatorio. El resto de argumentos, dudo que el público los compre.
El etanol debería venderse en Guatemala en libre competencia con la gasolina, como sucede en Estados Unidos, México y otros países. El consumidor debería tener la oportunidad de escoger qué combustible ponerle a su vehículo en base a precio y costos de mantenimiento.
Conclusiones
El PROYECTO PILOTO MOVILIDAD VERDE 2020 sirvió de base para promulgar el REGLAMENTO GENERAL DE LA LEY DE ALCOHOL CARBURANTE ACUERDO GUBERNATIVO NÚMERO 159-2023. Está claro que no participaron importadores de hidrocarburos ni expendedores de gasolina.
El plan piloto no presenta una hipótesis con sus respectivas variables.
Con una micro muestra de 34 vehículos y pruebas que duraron apenas 10 semanas llegaron a conclusiones para apoyar el uso del etanol obligatorio y tomar decisiones de gran impacto para el país. La muestra no cumple con los requisitos de una investigación de mercados, no digamos de un proyecto nacional.
Las discusiones sobre el uso de etanol llevan más de treinta años. Hay información de millones de automóvil y de miles de millones de kilómetros recorridos. Esta información se puede conseguir sin costo en instituciones de prestigio y sólida experiencia. Pretender desvirtuar abundante información con una insignificante muestra en unos pocos días es falta de profesionalismo.
El reporte está plagado de información inventada, mentiras, falacias e importantes omisiones.
El enfoque principal del proyecto es el cumplimiento de compromisos internacionales para las emisiones de CO2, asociado a la producción de gases de efecto invernadero.
No se toma en cuenta que Guatemala es víctima y no causante del cambio climático.
Las emisiones de contaminantes tóxicos para las salud humana están subordinadas a las emisiones de CO2. La salud de los guatemaltecos queda relegada en este plan.
El uso de etanol causa daño en los motores por corrosión y acumulación de depósitos. Afecta los polímeros del sistema de combustible, provocando fugas. Esto es crítico en la flota de vehículos anteriores al año 2001, que representan el 20% de parque automotriz en Guatemala.
La duración de los sistemas de escape y el catalizador es menor con etanol. El catalizador es la parte más importante para control de gases. Disminuir su vida útil provoca problemas ambientales. Todos los carros que importamos en Guatemala tienen catalizador. Hay que mantenerlos en buen estado.
A pesar que en el estudio detectaron que 24% de la muestra no tiene catalizadores, no hicieron mayores comentarios. Deberían haber encendido las alarmas sobre la necesidad de implantar un sistema de control de emisiones de gases contaminantes en Guatemala con revisiones periódicas y selectivas
Usar etanol sin controles de calidad puede causar muchos problemas en la cadena de distribución y especialmente en la flota automotriz, no importando el año de fabricación del vehículo. Tendrán problemas de corrosión y formación de depósitos. Con dos terceras partes de estaciones de servicio informales en el país, estos inconvenientes parecen inevitables.
En el informe del proyecto piloto se afirma que “Se considera poco probable la expansión del cultivo y el riesgo de posibles nuevas deforestaciones en el futuro…”. Esto es absurdo. Sin el etanol obligatorio, la superficie cultivada con caña de azúcar en Guatemala se duplicó entre 1990 y 2016. Si se pasa de una mezcla de gasolina con 10% de etanol (E10) a una segunda etapa con 10% (E15) aumentaría 50% el área cultivada con azúcar. El etanol necesario para suministrar a un parque vehicular en crecimiento pondrá más presión sobre los bosques.
La expansión de cultivos ya comenzó. El valle del Polochic, una tierra aislada, ha sufrido un proceso de transformación de sus sembrados, cada vez más orientados hacia la producción y la exportación de agrocombustibles.
Los pobladores alquilaron fincas durante años, donde producían maíz y frijol para autoconsumo. Entraron en conflicto con empresas productores de azúcar y palma africana que se exportan para ser transformados en biocombustibles y no dejan de extenderse. 800 familias han sido desalojadas. El grado de conflictividad aumenta cada vez más.
El 50% del agua de riego en Guatemala es consumido por latifundios de caña de azúcar, mientras el 55% de la población rural carece de acceso a agua potable. [1]
Las pruebas de campo fueron realizadas por la Universidad del Valle de Guatemala (UVG).
Afirman que, “De hecho, el etanol de caña es catalogado como un combustible renovable avanzado, ya que se ha comprobado que reduce al menos el 70 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con la gasolina en todo su ciclo de vida (MEM, 2020).” Pág.6.
Esta es la mentira más grande del informe. La parte que dice “…en todo su ciclo de vida…” se refiere a la inclusión de la huella de carbono. Si se toma en cuenta la deforestación de bosques, la huella de carbono del etanol es casi 20 veces mayor que la de los combustibles fósiles.
Por el otro lado, el 25 % de las emisiones globales se deben a la tala y quema de bosques en todo el mundo.
Si añadimos que los bosques son fuente de agua y albergan la mayor parte de la biodiversidad mundial y nos surten de alimentos y medicinas, la discusión terminó.
El informe revela reducción de emisiones en todos los contaminantes. Esto es imposible técnicamente hablando. Si disminuyeron las emisiones de CO2 se espera que el resto de contaminantes suban, ya que éste es un indicador de la eficiencia de la combustión. Al usar etanol aumentan los óxidos de nitrógeno (NOx). Éstos se forman a altas temperaturas de combustión, condiciones que la mayor cantidad de oxígeno favorece contenida en el etanol.
El reporte de UVG no diferencia los gases venenosos de las emisiones de CO2 de efecto invernadero.
Una grave omisión es que el estudio de la UVG no tomó en cuenta otros contaminantes muy tóxicos que produce el uso de etanol en motores de combustión interna, tales como aldehídos, acetaldehídos, formaldehídos y ozono. Por este último, el uso de etanol fue prohibido en las zonas metropolitanas de México.
Cualquier comparación de precios entre etanol y gasolina en Guatemala debe tomarse en cuenta la exoneración de impuestos y el aumento de consumo de combustible.
El etanol debe venderse en Guatemala en libre competencia con la gasolina, como sucede en Estados Unidos, México y otros países. El consumidor debe tener la oportunidad de escoger qué combustible ponerle a su vehículo en base a precio, consumo y costos de mantenimiento.
Lejos eso, caímos en una ley y su reglamento de aplicación nacional que contiene la obligatoriedad de compra de alcohol carburante o etanol a productores nacionales en porcentajes fijados anualmente por el Ministerio con libertad de precios y exoneración de impuestos a los productores.
Este es un privilegio que se concede a los productores de etanol, agremiados en la Asociación de Combustibles Renovables de Guatemala (ACR), que deviene en un monopolio sin protección alguna para el consumidor.
En el Artículo 43 de la Constitución Política de la República de Guatemala se reconoce la libertad de industria y comercio. En el Artículo 130 dice as se prohíben los monopolios y privilegios.
Causa extrañeza que la Corte de Constitucionalidad no notó estos aspectos al derogar artículos y frases relacionadas con el control de precios de la LEY DE ALCOHOL CARBURANTE (DECRETO LEY NÚMERO 17-85).