Chauche, «tras la huella del heroísmo cotidiano»
Daniel Chauche, artista que llegó a Guatemala hace 50 años, se define como «mitad francés, mitad estadounidense y mitad chapín». Llegó a Guatemala poco después de realizar estudios de antropología y zoología en la Universidad de Nebraska, y acá se quedó, fotografiando momentos poéticos y convirtiéndolos en la narrativa de fragmentos universales que exponen la humanidad de los retratados.
Su legado para este país no solo es visual, sino histórico y cultural. Por décadas, ha documentado la cotidianidad de la gente, atrapando la historia cotidiana de muchos. Chauche también fue mentor de muchos fotógrafos guatemaltecos y artistas fundamentales.
Su exposición Tras la huella del heroísmo cotidiano: 50 años de búsqueda, estará en la Galería Sol del Río (14 avenida 15-56 zona 10, tel.2363 2169), hasta el 11 de julio.
Entrevistado por 24:7 Prensa Digital, Chauché habla de su amor por Guatemala y lo que medio siglo de relación significan no solo para su vida sino para su trabajo artístico, fundamental en el panorama de las artes visuales en este país.
Entrevista por Edwin Ramírez
¿Quién es Daniel, como se describe a usted?
Hablando de mi relación con Guatemala, podría decir que fui un ser perdido que se encontró en su relación con Guatemala, donde pasé la mayor parte de mi vida.
Guatemala es parte de mí.
¿Es introvertido o extrovertido?
Podría decir que los dos. Mi tendencia es más ser introvertido pero he aprendido que si uno no habla, si uno no grita, no pasa nada.
Diría que uno de los fundamentos de esta parte de soledad, me acompaña desde siempre. Crecí dentro de una familia sintiéndome solo y ese efecto de ser solitario y un poco perdido…honestamente bien perdido porque honestamente. Las dos culturas, vivir en Estados Unidos y en Francia, todo eso…
Complicado a nivel de joven. Fui un niño tratando de encontrar sentido al mundo.
¿Para Daniel qué significa la fotografía?
Esta parte de ser más solitario y un poco perdido me hizo muy buen observador. Entonces, eso es la raíz de mucha de mi obra. Si no fuera tan buen observador de la humanidad alrededor de mí, el resultado no podría ser lo que tenemos en esta exposición.
¿Qué busca Daniel en cada fotografía?
No hay una cosa que se busque. En general, si uno habla de mi obra, diré que la mayor parte es encontrar formas, a través de la visualización de personas, de implicar rasgos más profundos de la cultura del país y tratar de unir eso en cada foto, hay una realidad subyacente que se ve a través de los giros que damos a través de las cosas y cómo están compuestos en la foto.
¿Qué opina de los contrastes de la sociedad y la cultura guatemalteca?
Infinitos. En fin…soy un gran fan de la cultura. Cuando hablo de mis tres nacionalidades y la adoptiva, porque en Guatemala fui adoptado, no es que yo la adoptara.
Prefiero concentrarme en lo que es contenido universal más que en los contrastes, aunque mucha de la gente que pueda estar fotografiando sea gente pobre, de otro estatus de la sociedad de clase media. Estoy buscando la humanidad que ellos tienen, que visualmente se puede comunicar al resto del mundo.
¿Qué podremos encontrar en esta exposición?
Para mí, la muestra es un momento que tenemos aquí por varias razones. Tengo un amigo, se llama Tono Bravo, un arquitecto conocido, que ha sido fan mío desde hace décadas. Un día me mostró la foto de uno de mis catálogos y me dijo: «quiero esta foto pero en grande, para mi cocina, que cuando la veas, se vea la señora torteando».
Es una foto estereotípica de Guatemala, pero espero que la mía no sea un estereotipo fotográfico, sino el estereotipo de lo que es una cocina.
Había fotos de varios tamaños. Esta serie se mostraba en tamaño pequeño. Esta persona me llegó con la idea de hacer una foto enorme. Para mí la transformación me hizo sentir que la foto tenía mucho más validez. Uno realmente siente el ambiente, siente que uno está ahí, como en primera persona.
La idea se formó con base en ampliar otras fotos ya conocidas, pero viéndolas de una manera distinta, en formato grande. Nadie las había visto en este contexto. Con el cambio de tamaño vi que sería apreciada de una forma distinta.
Es la recopilación de fotos tomadas desde hace cincuenta años, desde que llegué a Guatemala, a San Juan Sacatepéquez, donde viví mis primeros años aquí.
Es una especie de celebración de todo eso.
¿Qué le podría decir a las nuevas generaciones de fotógrafos? ¿Algún consejo?
No. Solo podría decir que es un medio desgraciado, es un medio de poco reconocimiento y si uno quiere ganar su vida de eso, va a estar mucho en la penuria. Pero si realmente le nace el entusiasmo, es más fácil que nunca entrar en este medio.
