Termina un año fatal…y 2025 no pinta bien si la CC permite la vigencia de un presupuesto obsceno
Cerca de que concluya el primer año de gobierno, Arévalo ha sido constante en una cosa: su inútil y lamentable confrontación con la fiscal Consuelo Porras, quien desde octubre de 2023 está bajo asedio de los grupos izquierdistas, informativos, cuentas anónimas en redes y ONG´s afines al gobierno.
La pelea no ha llegado a nada, pero sin dudas desgastó al Ejecutivo, que dedicó demasiadas horas y planes para ver si lograban defenestrar a la funcionaria, cuya permanencia en el puesto hasta 2026 es ineludible, debido a las leyes vigentes.
Entretanto, el monte creció alrededor de las carreteras que se desmoronan y no hubo un empleado del MICIVI para chapear esta mala hierba, mientras Arévalo se jactaba de inaugurar caminos de terracería, los cuales están a cargo del poder local (alcaldías) y en los que el MICIVI se limita a prestar maquinaria.
Sin pudor, el mandatario presumió una obra digna del siglo XIX: terraplenes, si bien en aquella época se solían empedrar con maestría. Hasta el hastío se ha mencionado que además de las carreteras, cuyo paradigma más lamentable es el tramo Palín-Escuintla, el resto de infraestructura es vergonzoso.
Pese a todo, Arévalo logró empujar los votos de diputados sin piedad para los guatemaltecos, quienes no vacilaron en aprobar un presupuesto que traerá más hambre, miseria y violencia de la que ya existe.
En noviembre, 52 niños habían muerto por desnutrición en Guatemala. Esta cifra no conmueve ni interesa a los políticos, quienes gracias al incremento salarial que equipara sus ingresos a los de los magistrados, no lo pasarán mal, mientras los guatemaltecos deberán apretarse mucho más el cincho, pagando impuestos para que esta nueva corte estilo Luis XVI siga con su estilo de vida de «jet set».
No conforme con endeudar a Guatemala y garantizar inflación para el año próximo, Arévalo anunció el incremento al salario mínimo, que sin dudas implicará desempleo y quiebra de negocios pequeños.
Por ley, el Presupuesto General de la Nación entrará en vigencia el 1 de enero. Ese es el momento idóneo para que abogados y guatemaltecos de bien interpongan recursos que impidan el desastre que se avizora para el país, tomando en cuenta que este primer año, el Estado no inauguró infraestructura y lejos de crear condiciones para nuevos empleos, parece empeñado en cortar lo poco que hay.
Actualmente hay dos acciones de amparo interpuestas ante la CC, que es la única esperanza para los guatemaltecos. La acción del abogado Miguel Balsells, con un grupo ciudadano, tiene como ponente a Roberto Molina Barreto, a quien Guatemala le demanda que actúe conforme a Derecho y recuerde que hay antecedentes de presupuestos irreales que fueron detenidos por esa instancia.
En manos de los magistrados de la CC está el futuro de Guatemala. Ellos decidirán si aprueban un despropósito que según entidades como el CIEN carece de sustento técnico, además de los nefastos efectos que tendrá sobre los más pobres, o si adoptan la posición histórica que le compete a ese alto organismo, que en su momento, supo parar los desmanes de Jorge Serrano Elías.
¿Feliz 2025? Hay que desearlo con esperanza, pero la realidad es que si entra en vigencia la lista de deseos de Arévalo, para Guatemala no será el mejor año.
S
A