Raíces y Cabal: dos pequeñas muestras que evidencian el deterioro de la política nacional
El fin de semana, el partido Cabal celebró su asamblea, donde Luis Aguirre «la Yegua», fue designado Secretario General. En el Congreso, Aguirre propuso exonerar de impuestos a los ganaderos, siendo ganadero. Además, entregó un reconocimiento en el Congreso al conocido narcotraficante alias «Che Manuel», condenado en Estados Unidos.
Al liderazgo de Aguirre, cuya empresa Yeguada Diez hubiera sido beneficiada con la exoneración de impuestos que el diputado proponá, se suman Roberto Arzú, político con gran presencia en redes y señalado de supuesta vinculación con el cartel de los «Caradura»; y Esduin Javier Javier, alias «Tres Quiebres», quien también ha sido señalado por presuntos vínculos con narcotraficantes.
Cabal entonces, es una organización que ya se conoce como una nueva versión de la UCN, partido que se canceló cuando su líder Mario Estrada fue condenado en Estados Unidos por narcotráfico.
Carolina Orellana, electa por Vamos, y Julio Héctor Estrada, incondicional aliado de Bernardo Arévalo, también estuvieron en la asamblea, donde Estrada mantuvo su liderazgo, como parte de la directiva de Cabal.
Además de la referida asamblea, el grupo Raíces, que busca convertirse en partido político, realizó una jornada de adhesión en la que participaron varios diputados independientes electos por el cancelado Semilla, quienes ahora buscan resucitar a dicha organización con otro nombre.
La política en Guatemala siempre estuvo plagada de elementos cuestionables, pero nunca como ahora. Y los dos eventos del fin de semana evidencian que el grupo afín a Bernardo Arévalo, no piensa reparar en pequeñeces como el transfuguismo, la campaña anticipada y otras acciones reñidas con la ética que se esperaría de los políticos, para perpetuar al nefasto régimen de la «nueva primavera».
Arévalo sabe perfectamente que Semilla no podrá volver a participar, pero tiene dos cartas bajo la manga: Cabal, que representa lo más rancio de la «vieja política», con todos sus vicios (narco incluido) y el movimiento pro formación Raíces, que si bien no es totalmente afín al gobernante, también sigue las directrices del Foro de Sao Paulo y de la «Cuarta Transformación» mexicana, hoy personificada en Claudia Sheinbaum, mentora de Arévalo y su grupo.








