¡Escándalo!
República Dominicana (RD), incautó el mayor alijo de drogas en su historia: casi 10 toneladas de cocaína, provenientes de Guatemala, para vergüenza y escándalo en este país, cuyas autoridades inmediatamente tomaron distancia del hecho.
Según el ministerio de Gobernación, la embarcación de carga procedía de Veracruz, México y antes de dirigirse a Bélgica, puerto de destino, hizo escala en Guatemala, donde “se incorporó carga al manifiesto”, y Puerto Cortés, Honduras. La Secretaría de Comunicación Social de Guatemala insistió en que el cargamento “fue escaneado en Guatemala y salió normal”.
Entretanto, el Ministerio Público anunció que la Fiscalía contra Delitos de Narcoactividad inició una investigación de oficio, “en seguimiento a la información que ha circulado en redes sociales”.
Hasta ahora no ha habido un pronunciamiento oficial de los dos países, que, según los informativos, esperan más detalles del hecho.
Parece insólito que Bernardo Arévalo no haya convocado a una conferencia de prensa para informar a la ciudadanía, ya que los rumores escandalosos abundan en redes sociales, donde los bandos políticos en disputa intentan responsabilizarse mutuamente.
Que Guatemala es puente para el tráfico de drogas, es un hecho público desde la década de los noventa. Pero que un embarque proveniente de este país contenga la mayor carga de droga incautada en la historia de República Dominicana, es todo un escándalo y vergüenza nacional.
Especialmente, como señala el abogado Omar Barrios, cuando una triste coincidencia hizo que la incautación en RD sucediera el mismo día en que Arévalo sancionara una reforma a la Ley contra la Delincuencia Organizada que otorga impunidad a los partidos políticos, aunque es un secreto a voces que muchas de estas organizaciones tienen vínculos con el crimen organizado, específicamente el narcotráfico.
Para mayor escándalo, el secretario de Estado Adjunto para Asuntos Internacionales y Aplicación de la Ley (INL), Todd Robinson, aplaudió la reforma que permitirá a los partidos cometer delitos de alto riesgo.
Si el Estado guatemalteco no toma en serio el suceso en RD y se limita a «lavarse las manos» tratando de derivar la responsabilidad que toca a Guatemala, hacia Honduras o México, la situación podría terminar muy mal para Guatemala, que podría comenzar a ser consideerada un «narcoestado».