De nada le valió a Petro su «audaz»apoyo a Arévalo, quien resultó ser un ingrato
Gustavo Petro pasó de su declaración «no somos colonia de nadie» a «humillado y arrodillado» (como señalaron Iván Duque y otros políticos colombianos), luego de que inicialmente se negara a recibir deportados «esposados y en avión militar».
El incidente amenazó con convertirse en una confrontación que pudo ser desastrosa para Colombia, pero Petro reflexionó y en pocas horas depuso su actitud hostil, con lo que Donald Trump declaró que las amenazas de sanciones quedarán en suspenso siempre que Petro «se porte bien». Algo parecido al cincho amenazador que colgaba de un clavo, destinado a corregir a los patojos mal portados.
Con esto, Iván Velásquez y compañía seguramente respirarán aliviados y podrán viajar a Disneylandia, mientras el grupo de ex guerrilleros colombianos que rodea a Petro acceda a obedecer las órdenes estadounidenses.
Junto con el ridículo internacional que evidenció la debilidad del colombiano, seguramente le quedará como lección quiénes son sus leales aliados y también, quienes son los amigos de conveniencia.
El boliviano Evo Morales, acusado de pedofilia; el dictador de Venezuela Nicolás Maduro y la hondureña Xiomara Castro no vacilaron en expresar su apoyo incondicional a Petro, quien a su vez había defendido al panameño Mulino cuando Trump habló de «recuperar el canal».
Ello, pese a que Petro tomó una conveniente distancia de Morales y se apartó radicalmente de Maduro, al sumarse a quienes cuestionan el fraude en Venezuela (aunque apuntaló el fraude en Guatemala)
Claudia Sheinbaum tuvo una reacción más diplomática y optó por llamar a la concordia, al encontrarse en una situación muy similar, incluida la amenaza de altos aranceles. El chileno Boric evadió pronunciarse.
El que llama la atención por ingrato es Bernardo Arévalo, quien gobierna Guatemala gracias a una serie de maniobras del Departamento de Estado demócrata, la Unión Europea y los narcogobernantes de la izquierda regional, especialmente Petro, quien se apoltronó en el Congreso, desde donde mandó mensajes a favor de Arévalo vía X, hasta que vio consumada la imposición de la banda presidencial, en una ceremonia bastante discutible.
Petro apostó todo para que Arévalo resultara impuesto en Guatemala. Incluso se atrevió a cuestionar a las autoridades del Ministerio Público y hablar de la investigación por la corrupción de Semilla como «golpe de Estado». A cambio, lejos de manifestar su agradecimiento aunque fuera con una tibia comunicación, Arévalo guardó silencio sepulcral mientras se dirigía a recibir el premio al «Estadista del Año» que le otorgó un grupo de análisis perteneciente a empresas extractivas de Canadá, que tienen intereses en Hispanoamérica.
Cómo y por qué Arévalo resultó el Estadista del Año para un grupo manejado por mineras canadienses, en el que expertos analistas inclinados al globalismo exponen su pensamiento, en eventos cuyas entradas pueden ascender a 50 mil dólares canadienses, es algo que seguramente solo lo saben el propio Arévalo y seguramente, más de alguna minera con intereses en Guatemala.
Poco después de ser premiado por las «industrias extractivas» que tanto satanizan los izquierdistas como Arévalo y su ministra de Ambiente, Patricia Orantes Thomas, este retornará a Guatemala, para ponerse a las órdenes de Marco Rubio, quien le indicará cómo debe comportarse ante las deportaciones que están en ciernes, si bien no es nada nuevo que desde hace años, al país regresen aviones cargados con indocumentados que llevan grilletes y cadenas.
Entretanto, el gobierno ya anunció que recibirán a los migrantes «por todo lo alto» y evalúan acondicionar un área del Parque de la Industria para acomodarlos.
La anécdota de Petro vs. Trump y Arévalo en pleitesía hacia las mineras canadienses y Marco Rubio parece un tanto rocambolesca, pero es la realidad. Ojalá que la actitud de Arévalo, quien ninguneó a su paladín y defensor del fraude, sirva para que el ex narco guerrillero colombiano aprenda a evaluar quiénes son sus amigos y quienes solamente se le pegan por conveniencia pero seguramente, lo abandonarán en los momentos más críticos que puedan presentársele en el futuro, ya que el incidente con Trump lo solucionó postrándose ante las exigencias del estadounidense, quien al parecer, ya reemplazó a Biden en el corazón de Bernardo Arévalo.