Cada semana una crisis, antes de superar la anterior
Lejos de ofrecer aranceles cero a los Estados Unidos, con la expectativa de la reciprocidad, ya que todo apunta a que esa es la estrategia de Donald Trump, Bernardo Arévalo confirmó su asistencia a la cumbre que reunirá a mandatarios conocidos por su pertenencia izquierdista, encabezados por el dictador cubano Miguel Díaz-Canel.
Otro de los asistentes que para el comunismo del siglo XXI son «dirigentes históricos» es el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Tanto el cubano como el brasileño representan a los estados fundadores del Foro de Sao Paulo, y ambos son enemigos acérrimos de Donald Trump.
Aunque Arévalo presume de la visita que hiciera a Guatemala Marco Rubio, como si esta fuera garantía de una relación excelente, lo cierto es que en tema de aranceles y relaciones con regímenes comunistas enemigos de EE.UU., el guatemalteco parece errar en sus cálculos.
Si a esto se le suman sospechas de corrupción en varias áreas, desde la «micro», como fue el presunto peculado del «baby shower», a los contratos de construcción del MICIVI y el evidente dominio del narcotráfico que se expresa en ejecuciones callejeras y otros sucesos, es muy probable que Arévalo pierda el aval estadounidense que lo entronizó y que Donald Trump elija tomar distancia de su régimen, que salta a una crisis sin haber superado la anterior.
Por ejemplo, la supuesta división entre una vicepresidente tan frívola que afirma no ser amiga de su binomio y desconoce la diferencia entre gastos de representación y sueldo, acapararon la atención momentáneamente. Esto sin que se haya esclarecido el incidente de Samuel Pérez o se haya concluido el asunto del «baby shower».
A Bernardo Arévalo se le acumulan las crisis y tarde o temprano estallarán de la peor manera, o se trata de una estrategia diseñada para distraer a los ciudadanos del saqueo al erario nacional. En cualquier caso, esto es fatal para Guatemala.
Pero si a la cadena de errores le suma el eslabón de la antipatía gringa, Arévalo estará dando un paso más hacia el desastre de su administración.