Agenda 2030 ¿el gran fracaso de la ONU?
A la mitad del camino de los Objetivos de Desarrollo Sostenible o Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el Secretario General de ese organismo supranacional, Antonio Guterres, reconoció que la mayoría de los objetivos “están gravemente desencaminados”, en un informe divulgado en julio. La ONU carga la responsabilidad de este aparente fracaso a variables como “la pandemia Covid-19 y el cambio climático”, pero además, en su intervención de ayer, Guterrez afirmó que el mundo “abrió las puertas del infierno” y responsabilizó a las empresas por lo que considera un apocalipsis climático.
Roxana Orantes Córdova
Que el fracaso de la agenda 2030 está en camino, lo evidencian la alarma manifiesta en el informe especial de la ONU sobre el cumplimiento de los ODS en el mundo. Además de los datos expuestos en dicho informe, hay elementos subjetivos que parecen reforzar esa posibilidad.
El principal de estos elementos es el lenguaje derrotista de Guterrez, quien en su informe deriva la responsabilidad del inminente fracaso hacia variables como la “pandemia” o la “irresponsabilidad de los empresarios” que no se subieron al tren del pánico por el cambio climático, que según el funcionario de la ONU, es el infierno en la Tierra.
Asimismo, resalta el discurso del mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien en la 78ª asamblea de la ONU, aseguró que “la agenda de ODS podría ser el mayor fracaso de la ONU”. En esa asamblea fue notoria la impaciencia de varios líderes izquierdistas como Gustavo Petro, quien mencionó la necesidad de un «Plan Marshall» para implantar dicha agenda.
Otro elemento a tomar en cuenta, es el discurso de la feminista Valentina Muñoz, la “chica rosadita”, quien en 2021 fue nombrada por Guterrez “Defensora de los ODS”, lo que la convirtió en la única latinoamericana y la más joven personalidad con ese cargo.
Haciendo gala de la parafernalia feminista (cabello en tonos fantasía, por ejemplo), la chilena mostró su impaciencia y amenazó a quienes no acatan los ODS, asegurando en la ONU: “Esto es un acuerdo global respecto de las acciones que tomaremos. Esto ya no es una negociación. Por eso, la agenda 2030 se llama agenda y no lista de deseos”.
Informe ODS reconoce fracaso
En el más reciente informe sobre el cumplimiento de los ODS, fechado en julio recién pasado, el Secretario General de la ONU “constata que muchos de los Objetivos están entre moderada y gravemente desencaminados y presenta cinco grandes recomendaciones para rescatar los Objetivos y acelerar la implementación de aquí a 2030 a fin de que los Estados Miembros las consideren antes de la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
193 países son firmantes de los ODS. El enorme número ilusionó a la ONU sobre el pronto cumplimiento de esos objetivos, si bien la realidad actual, es que la mayoría de dichos objetivos están muy lejos de ser alcanzados, exceptuando a países como Noruega, Dinamarca y Austria, entre los contados que tienen sensibles avances en el cumplimiento de las metas de la ONU.
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En el plano mundial, ninguno de los 18 indicadores ʺha alcanzado o casi alcanzadoʺ sus metas y solo uno está ʺcerca de la metaʺ, expone Guterrez en el informe especial. En la presentación, dijo:
«El mundo se expone a fracasar estrepitosamente en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible si no se toman medidas para acelerar su implementación»
Según la página de la ONU: «De las aproximadamente 140 metas que se establecieron para cumplir con los Objetivos, la mitad están lejos o muy lejos de seguir la trayectoria deseada. Además, más del 30% de estas metas no han experimentado ningún avance o, lo que es peor, han experimentado una involución con respecto a la situación de 2015».
«Según el informe, los impactos de la crisis climática, la guerra en Ucrania, una economía global débil y los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19 han revelado debilidades y obstaculizado el progreso hacia los Objetivos», indica la fuente citada, que pese a todo, considera posible que el mundo avance hacia el «Nuevo Orden» propuesto por la ONU, que a la mitad del camino, parece estancado y en 2030 podría sorprender al mundo si, como es previsible, el estancamiento permanece.
¿Qué hay tras la fachada de los ODS?
En enero se conoció que la Universidad Católica de Valencia (UCV), la plataforma NEOS, la federación One of US y la Universidad CEU Cardenal Herrera, celebraron en la Sede Santa Úrsula una jornada internacional de análisis de los retos y desafíos de la Agenda 2030, inaugurada por el rector de la UCV, José Manuel Pagán y por el rector de la Universidad CEU Cardenal Herrera, Vicente Navarro de Luján.
En esta jornada de análisis, el rector de la UCV dijo que «el consenso internacional sin respaldo moral no es legítimo, pues hay derechos sobre los que los gobiernos y los organismos internacionales no pueden disponer». Detrás de la fachada razonable de los ODS, hay una ingeniería social que trata de imponer una nueva concepción del ser humano, afirmó el académico en esa ocasión.
Por ejemplo, la «idea inserta» de que las diferencias entre lo masculino y lo femenino responden a patrones culturales, motiva preocupación entre este grupo, así como la pretensión de controlar la natalidad e imponer el aborto. Otro aspecto que analizó este grupo de académicos cristianos fue la llamada «fraternidad universal», que según afirman, elimina la identidad cultural y pasa sobre la particularidad de cada pueblo. Finalmente, enfatizaron en la importancia de las personas como individuos ante el globalismo.
Aunque el Congreso citado se efectuó a principios de enero, resulta muy actual y esclarecedor sobre por qué los indicios de fracaso que tienen los ODS, podrían convertirse en un estrepitoso revés para la ONU cuando el mundo llegue al año 2030 y estos no se hayan implantado globalmente.