Arévalo ofrece un estado de calamidad transparente y sin saqueo estatal a los fondos públicos
Según lo ofrecido por Bernardo Arévalo, solamente las «instituciones estratégicas» dispondrán de fondos extra para atender lo que consideran un estado de calamidad pública. Cabe recordar que Alejandro Giammattei gobernó con varios estados de excepción que proporcionaron fortunas incalculables a sus allegados y aliados, aunque ninguna de esas erogaciones se reflejó en actos para mejorar ninguna situación en el país.
Redacción
Luego de la enorme farsa que constituyó el abordaje a la «pandemia» por el gobierno corrupto de Giammattei, Guatemala parece convertirse en un lugar adecuado para implantar experimentos sociales que incluyen terror provocado, falsas alarmas y medidas supuestamente emergentes que terminan por convertirse en agujeros negros del erario nacional.
Aunque Arévalo aseguró que este no será el caso, el nuevo estado de calamidad que según él aliviará la situación provocada por un incendio que es responsabilidad de la autoridad que maneja el lago de Amatitlán (AMSA), podría prestarse y seguramente se prestará a que funcionarios ávidos de recuperar lo gastado en campaña logren echar mano a los fondos que supuestamente se usarán en la «calamidad».
Calamitosos son el incremento de precios, el estado de las carreteras, la carencia de inversión, la pésima formación académica en todo nivel, público y privado, la corrupción rampante y docenas de hechos que ubican a Guatemala como el terreno idóneo para que organismos internacionales nos utilicen como laboratorio.
Cabe recordar que en noviembre de 2023, Nueva Delhi afrontó encierros, mascarillas y cierre de escuelas por la supuesta mala calidad del aire, uno de los «objetivos de desarrollo sostenible» de la ONU.
Imposible negar que en Guatemala la calidad del aire es pésima. Pero también es imposible negar que AMSA es el principal responsable del incendio en un basurero que, como los hospitales, escuelas y otras , es una vergüenza total.
Luego de unos días, y a petición de la CONRED, que jamás tomó ninguna medida preventiva ante ningún desastre conocido, y del ex director de la PNC Nery Ramos, Arévalo impone el estado de calamidad, que por experiencia, los guatemaltecos conocen como momentos en que el gobierno aprovecha para mil y un desmanes.
Y si bien se comprometió a respetar procesos y metió las manos al fuego por los funcionarios que exigen más dinero para apagar un fuego en Amatitlán, también es cierto que hasta el momento no cumplió una sola de sus promesas, comenzando por presentar su declaración patrimonial y bajarse el sueldo.