La democracia, la soberanía y la OEA
«Nadie ejercitó jamás bien un poder conquistado maliciosamente». Tácito.
Por Carlos Torrebiarte, publicado en Nuestro Diario
Los “cambios estructurales” que Arévalo y Almagro propusieron en la OEA para Guatemala son parte del plan que los semilleros y la comunidad internacional tienen para retornar al país a las desastrosas épocas de la MINUGUA y la CICIG. Como entonces, la izquierda y empresarios progresistas aplauden la intervención ilegal de una delegación de la OEA solicitada por el actual presidente para que “supervise” los cambios en las cortes, pisoteando la soberanía del país.
En su intervención de la OEA, Arévalo dijo que la definición de “soberanía” no puede ser la misma de hace 50 años y que los Estados no deben tener jurisdicción interna sobre sus DDHH. Tan absurdo como justificar, en el mismo discurso, la violación de los DDHH de millones de guatemaltecos durante los bloqueos ilegales de octubre diciendo que se trató de una resistencia “pacífica” porque los pueblos originarios defendieron la soberanía del país. También Arévalo y Almagro se quejaron de la investigación que el MP realiza sobre la formación ilegal del partido Semilla pues, según ellos, fueron electos por el pueblo y esto no les permite gobernar bien. Sin embargo, agrego Arévalo que los golpes de estado modernos se realizan “a través de funcionarios que cooptan las instituciones de justicia y manipulan las leyes para ponerlas al servicio de la corrupción, la impunidad y el autoritarismo,” lo mismo que quiere hacer con el MP y la elección de las cortes. Lo más preocupante fueron las palabras de Almagro: “el plan de gobierno de Arévalo incluye sembrar la semilla de un nuevo contrato social para crear las bases de un acuerdo constitucional.” Es claro que el objetivo final es reformar la constitución para consolidar su poder, con apoyo de la OEA y otros países que nos quieren tratar como si fuéramos una colonia.