Democracia a la salvadoreña, cuando el fin justifica los medios
Una victoria anunciada
La mayoría de quienes tratamos de ir al día con la coyuntura nacional e internacional, estábamos convencidos del triunfo del señor Bukele, a pesar de que su participación era violatoria a una prohibición constitucional. Pero, como lo expresó en una ocasión una exdiputada del antiguo PAN – ahora cotizada analista-: “Siempre hay un espacio o grieta para evadirla”, útil en ese momento para anular la decisión de los guatemaltecos a las pretendidas reformas constitucionales derivadas de los Acuerdo de Paz (16/mayo1999[1]).
La participación de Bukele en la contienda electoral, tampoco provocó alguna reacción ácida de los defensores de la democracia, particularmente de los EE.UU, validador de la democracia en su diminuta área de influencia y dominio, de la cual solo queda Guatemala, porque el Triángulo Norte dejó de existir.
A lo anterior hay que agregar la poca preocupación de los electores pro Bukele y de las organizaciones pro Derechos Humanos, criticadas fuertemente por este candidato de corte populista. Tampoco, incidieron los reclamos de por lo menos 70 mil padres de familia cuyos hijos están retenidos en la mega cárcel, símbolo de que el “fin justifica los medios”. Votos, que probablemente se distribuyeron entre los otros candidatos, encabezados por Manuel Flores -FMLN- Joel Sánchez -Arena-, Luis Parada -Nuestro Tiempo-, José Renderos -Fuerza Solidaria- y Mariana Murillo -Fraternidad Patriota Salvadoreña-, que ya tenían conocimiento de su derrota antes de las votaciones, ya que según algunas de las encuestas le reconocían al partido Nuevas Ideas el 81% de la intención de votos.
La victoria de Bukele, da pie a pensar que la derecha triunfó, sobre la alicaída y desahuciada izquierda o que a un alto porcentaje de votantes no les importa quién gobierna y como gobierne, siempre que mantenga un aceptable nivel de seguridad. Un actor determinante en la seguridad, pero ninguneado mediáticamente, es el ejército[2] salvadoreño, sin cuya cooperación a la policía no hubiera sido posible obtener los resultados que garantizaron la reelección de Bukele.
A los seguidores y defensores del llamado “modelo de seguridad de Bukele”, no les agrada que se cuestione la respuesta gubernamental contra las pandillas. Pero, deben de reconocer que esto fue posible gracias al régimen de excepción bajo el cual viven los salvadoreños desde el 2022 y, el cual probablemente se extienda hasta 2029. También, deben estar conscientes que el régimen ha operado de manera arbitrarias según las leyes, que van desde “abusos contra los derechos humanos, torturas y muertes de cientos de privados de libertad” (Redacción BBC News Mundo. 5/febrero/2024)
Cobertura de medios internacionales
Para recrear el contexto post electoral salvadoreño, es conveniente hacer mención de la cobertura de un par de medios europeos, sin dejar de tomar en cuenta la línea informativa de otros periódicos.
EL PAÍS, España (04/Feb/2024) títuló su nota sobre las elecciones: “Bukele arrasa y cuenta con todo el poder para continuar con el régimen de excepción en El Salvador”. El periodista Juan Diego Quesada (**), abrió la nota con este comentario: “Nayib Bukele cosechó el domingo una victoria aplastante en las elecciones de El Salvador. El presidente gobernará el país centroamericano otros cinco años después de haber conseguido el 85% de los votos, según los datos que ha hecho públicos él mismo sin esperar a la difusión de los resultados oficiales del Tribunal Supremo Electoral ―los datos del escrutinio, situado en el 70,25%, dan una amplia victoria para Bukele, que multiplica por más de 10 el número de papeletas del segundo aspirante, el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional).
Redacción BBC. News Mundo (05/feb/2024[3]), escribió: “Bukele logra un aplastante triunfo en las elecciones presidenciales de El Salvador y consolida su poder total”. Asimismo, trasladó a los lectores frases expresadas por Bukele al considerarse ganador de las elecciones, como: “Dicen algunos que no viven en nuestro país que los salvadoreños viven oprimidos, que no quieren el régimen de excepción, que viven con miedo al gobierno (…). El pueblo salvadoreño habló, no solo fuerte y claro, sino de la manera más contundente en toda la historia de la democracia”.
También en una de sus intervenciones se refirió a los MCS, ONG y a la ONU, de esta manera: “Si eso no los convence, señores periodistas, señores de las ONG, de los organismos internacionales, de la ONU, la OEA… si eso no los convence, nada los va a convencer”.
Conclusión
Ganar la presidencia para Bukele fue fácil, las encuestas así lo vislumbraban. Los candidatos opositores poco o nada tenían que ofrecer, porque la mejor oferta era la propuesta de Bukele materializada con la seguridad, con la que viven actualmente los salvadoreños, aunque sea bajo un prolongado régimen de excepción.
No es aventurado expresar que estos próximos cinco años los ciudadanos salvadoreños demandarán más que seguridad. Ahora vendrán las exigencias de mejores condiciones económicas y sociales, que van de la mano de la apertura de nuevos mercados y consolidación de los escasos productos que este país exporta – Camisetas (US$198.2 millones), Azúcar (US$135.1 millones) y suéteres (US$126.3 millones[4])– hacia los mercados internacionales, enfrentando “las tensiones geopolíticas, perturbaciones en el suministros de alimentos y la posibilidad del endurecimiento de la política monetaria”, situación considerada en el informa del Banco de Reserva.
Leire Ventas, enviada especial de BBC News Mundo a El Salvador, resalta que el mayor reto -de Bukele- “… es ahora hacer crecer la economía en un país en el que en los últimos cuatro años 200.000 personas cayeron en la pobreza extrema. Y a falta de haber presentado plan alguno, está por ver cómo va a hacerle frente a tamaño desafío.
Otro aspecto importante a considerar es la renovación del gabinete y la puesta en práctica de una administración pública incluyente, que no gire solamente alrededor de sus hermanos Karim, Ibrahim y Yusef, como lo perciben desde fuera (**). Al mismo tiempo, deberá demostrar que no intentará un tercer mandato o promover a uno de sus hermanos.
Finalmente, sí Bukele es un estadista, reconocerá que la persecución y encarcelamiento de mareros bajo la calificación de terroristas o la construcción de otra mega cárcel no resuelve el problema de la criminalidad. Dicho en otras palabras, la captura masiva de adolescentes o personas adultas por estar tatuados, no es un modelo de policía, solamente es una respuesta empírica que retarda la solución a las verdaderas causas y motivaciones de la cual surge la violencia social.
[1] https://www.prensalibre.com/hemeroteca/triunfa-el-no-en-consulta-sobre-acuerdos-de-paz/
[2] (*) “Acompañado de militares y policías, acudió en febrero de 2020 al Congreso, dominado por la oposición, para presionar por un crédito para su política de seguridad”.
[3] https://www.bbc.com/mundo/articles/c9w4r0kmw08o
[4] file:///C:/Users/merid/Downloads/Informe_anal%C3%ADtico_de_comercio_exterior_enero_-_marzo_2023.pdf Banco Central de Reserva