Semilla intenta cambiar la ley del MP: un golpe de Estado televisado y en vivo
Por Julio Abdel Aziz Valdez
¿Acaso no resulta claro que Semilla y la izquierda vernácula en Guatemala, y creo que, en todo el continente, tienen la política de “o se hace a nuestra manera o lo incendiamos todo”? La amenaza permanente con argumentos llenos de alegorías, ahora sin sentido, como “lucha por la democracia o la justicia”, justifican el ansia por el totalitarismo.
Diputados intentan cambiar la ley para que el presidente destituya a la Fiscal General, y luego, cuando pongan a la que les de la gana, volver a blindarla. Si a ustedes les trae recuerdos de cuando jugaban chamusca en las calles y un vecinito sacaba la pelota y si su equipo perdía, simplemente agarraba su pelota y daba por finalizado el evento deportivo callejero, no sin antes decir que no habían perdido, una alegoría que explica claramente los arrebatos de la dirigencia semillista.
Si este ejemplo no ha sido suficiente, veamos las horas antes de la accidentada toma de posesión de Arévalo. De repente, a los diputados oficialistas y sus aliados se les olvidó el pequeñísimo detalle de que, al haber sido suspendido el partido, por su inscripción anómala, sus diputados son independientes y por lo tanto no pueden presidir nada, absolutamente nada, dentro del Congreso, Y vaya, esta norma no fue un invento de los diputados del famoso “pacto de corruptos”, sino fue un consenso, donde participó la entonces disminuida bancada de Semilla, para evitar el nefasto transfuguismo. Pero claro, con el poder viene la amnesia.
En la cumbre como que el aire es más ralo, y los empoderados dirigentes políticos ahora quieren a como dé lugar, ejercer el poder por el que pagaron, tanto la intervención extranjera como los empresarios mercantilistas de siempre.
De nada sirve estar en la cima, si igual tienen que llegar a consensos. Como que esa minucia de la democracia no va con los delirios autoritarios de la izquierda, en todas sus variables.
He leído con mucha atención la forma como ha sido descrita la Fiscal General por parte de periodistas y otros activistas, luego de haber asistido a la segunda reunión de gabinete del flamante y recientemente investido presidente. Algunos medios incluso llegaron a calificar la quema de cohetillos con su rostro en los alrededores del Palacio Nacional de la Cultura como una manifestación de la sociedad civil, cuando en realidad eran una o dos personas que hacen el performance para que luego las fotografías se viralicen en redes, todo esto lo permitió el mandatario. No cabe la menor duda de que su objetivo es minar la institucionalidad, para luego reconstruirla con sus acólitos. Dicho de esta manera, la tan anunciada nueva primavera no tiene nada de nueva ni de primavera, en todo caso es un helado invierno que intenta congelar los procesos judiciales de los políticos en el poder.
Es entonces en este momento cuando la definición de golpe de Estado adquiere otro significado, diferente completamente a la entelequia que los activistas intentaron imponer el año pasado y que siguen propagando, en realidad estamos en la versión de Serrano Elias 2.0, aquel que el 25 de mayo de 1993, asumió en forma autoritaria e ilegal, el poder de los otros dos organismos del Estado, se encumbró sobre la ley e intentó destruir las bases de la República.
Pues Semilla esta repitiendo la historia, pero a diferencia de hace 31 años, ahora compraron a los manifestantes. Ajá, las manifestaciones populares que antes dieron al trasto con los delirios de dictador del hoy presidente, atinadamente, optaron por comprar el apoyo popular a precio de oferta, para dar la imagen de que son estos los artífices de la revolución y no los políticos nefastos de siempre que no dudan en destruir la poca institucionalidad del Estado que queda.