El posible impacto geopolítico en el precio del petróleo este año podría mitigarse por excedentes de oferta
El posible impacto alcista sobre los precios del petróleo de las tensiones geopolíticas actuales podría verse amortiguado, al menos parcialmente, por la movilización de inventarios, el uso de la capacidad excedentaria y la reacción de otros productores, como Estados Unidos, según una de las conclusiones de un estudio del Banco de España.
Por dpa/EP
El artículo titulado ‘Desarrollos recientes en el mercado del petróleo’, publicado este jueves, detalla que los precios del petróleo registraron notables fluctuaciones en el último año, por lo que el estudio busca analizar los factores que explican la evolución reciente del precio del petróleo, así como algunos elementos relevantes para valorar sus perspectivas para un futuro próximo.
En este sentido, indica que las tensiones geopolíticas y la reacción de la oferta proveniente de otros países productores no pertenecientes a la OPEP+ son los dos grandes condicionantes del mercado del petróleo de cara a los siguientes meses.
En concreto, señala que en un contexto de mayor complejidad geopolítica, siendo los episodios más recientes la guerra de Oriente Medio y los ataques a buques en el mar Rojo, no se pueden descartar nuevas tensiones que afecten al mercado del petróleo, si bien el impacto de estos eventos suele ser transitorio por la existencia de factores mitigantes.
Entre ellos, destaca la reacción de otros productores, como Estados Unidos. En particular, la aparición y el desarrollo del petróleo no convencional (o ‘shale oil’) en ese país en la década pasada condujo a una transformación del mercado del petróleo, que afectó tanto a la estructura de mercado como a las decisiones estratégicas adoptadas por la OPEP desde 2014.
El artículo explica que en los años previos a la pandemia, con precios del petróleo por encima de 50-55 dólares el barril –rango en el que la producción de ‘shale oil’ es rentable–, Estados Unidos aumentaba su cuota de mercado en detrimento de los productores más tradicionales, y en concreto de la OPEP.
No obstante, desde el año 2020, la expansión de la producción de ‘shale oil’ ha sido más lenta que en el período previo a la pandemia. Diversos factores pueden explicar esta menor reacción de la producción de ‘shale oil’, señala el estudio.
Uno ha sido el cambio de modelo de financiación tras los problemas financieros que experimentaron algunos productores en los últimos años, el mayor foco en la actualidad hacia el reparto de dividendos, en lugar de la retención de beneficios para financiar nuevas inversiones, la existencia de cuellos de botella en los proveedores de servicios petroleros, con el consiguiente aumento de los costes operativos, que no se han normalizado tras la pandemia, y, finalmente, la incertidumbre regulatoria por la transición climática, que afectaría a las decisiones de inversión.
Además de la respuesta de Estados Unidos, también se podría recurrir a la capacidad excedentaria de otros productores mundiales, que en la actualidad se encuentra en un nivel superior al promedio de la última década y que sería equivalente a un 4% de la producción global.
Además del incremento de la producción de otros países, que suele materializarse a medio plazo, el estudio también cita otros elementos mitigantes de carácter más inmediato en el mercado del petróleo, como la movilización de inventarios comerciales, que se encuentran en niveles normales, o el recurso a las reservas estratégicas, que tanto en el caso de Estados Unidos como en el de las principales economías europeas están por encima del nivel aconsejado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), al superar los 90 días de cobertura neta de importaciones.
Por tanto, el artículo concluye que cabría esperar que todos estos factores amortiguaran, al menos en parte, un posible encarecimiento del precio del petróleo vinculado a un agravamiento de las tensiones geopolíticas y a un recorte adicional en la producción por parte de la OPEP+.
El repunte de precios a finales de 2023, por recortes de la OPEP
Otra de las conclusiones que aporta el análisis es que el repunte de los precios del petróleo que se produjo en el tercer trimestre de 2023 se explicaría principalmente por factores de oferta, como los recortes de producción de la OPEP+, mientras que la moderación observada el resto del año se debería a la debilidad de la demanda.
Así, tras la caída registrada en el precio del petróleo durante la segunda mitad de 2022 –desde los 130 dólares por barril de marzo, tras la invasión de Ucrania, hasta los 80 dólares de finales de año–, el brent cotizó en el entorno de esos 80 dólares por barril en 2023.
No obstante, el precio del petróleo ha registrado vaivenes significativos, como el repunte del 30% que se produjo en el tercer trimestre de 2023, tras un primer semestre relativamente estable, y su posterior caída del 20% en el último trimestre del año.
Estas fluctuaciones se produjeron en un contexto de demanda de petróleo menor de lo previsto y de inesperados shocks de oferta, relacionados tanto con tensiones geopolíticas –tales como el conflicto de Oriente Medio– como con las decisiones de la OPEP+, que anunció a lo largo de 2023 varios recortes de producción, en un intento de mantener los precios elevados ante la debilidad de la actividad económica global, explica el artículo.
Por tanto, de acuerdo con los resultados obtenidos por el estudio del Banco de España, la moderación del precio del petróleo en el primer semestre de 2023, así como en el último trimestre de 2023, se explicaría, en gran medida, por la debilidad de la demanda, que habría sido más intensa de lo esperado.
Por su parte, el repunte observado en el tercer trimestre de 2023 se debería, en gran parte, al recorte inesperado de la producción de petróleo en ese período y, en menor medida, a la fortaleza de la demanda.