Pesadillas, terrores nocturnos en adultos y niños, ¿Por qué las tenemos?
Todos sin excepción tenemos sueños, lo que no tenemos es la capacidad de recordar la mayor parte de ellos. Se suele recordar algunas veces momentos agradables y especialmente aquellos que generan temor o angustia los cuales recordamos a la mañana siguiente o nos despiertan a la mitad de la noche.
Las pesadillas son aquellos sueños perturbadores, que generalmente se relacionan con sentimientos negativos, ansiedades, miedos y generalmente su realismo suele despertar a las personas. Quienes más sufren epicedios de pesadillas son los niños, las edades en donde más se evidencian estos eventos es entre los 3 y 8 años, según evidencias de la Clínica Mayo.
Desde una comida pesada (carnes), dejar de cenar, infecciones corporales o gastrointestinales, afecciones gástricas como gastritis y ulcera por ejemplo son responsables de las pesadillas, también se ha evidenciado situaciones traumáticas, estrés, acoso escolar, actividad laborales o complicaciones financieras o sentimentales; películas de violencia o terror y actualmente videos multimedia a los cuales los niños se ven expuestos.
El sueño tiene 5 etapas:
- Adormecimiento.
- Sueño Ligero.
- Transición.
- Sueño profundo o sueño delta.
- Sueño paradójico.
En el caso de los niños un proceso saludable para que duerman es incluir música instrumental que relaje su cuerpo y melodías de cuna. Siempre es importante evaluar que alimentos ingieren los niños y la hora de su ingesta, es recomendable que coman 2 horas mínimo antes iniciar el proceso de adormecimiento. Si sus hábitos incluyen la televisión o multimedia, trate de supervisar que programas y contenido observan antes de dormir, apague el televisor y retire cualquier dispositivo electrónico de la cama del niño. Durante el día es importante observar que juegos tiene con sus amigos y prestar atención al contenido de los diálogos que pueden no ser propios para la edad de su niño. Estas conversaciones con otros niños en el colegio también pueden en algunas oportunidades generar temor nocturno y pesadillas.
Durante la quietud de la noche suele presentarse la nictofobia o sentir miedo a la oscuridad especialmente en los niños quienes al igual que algunos adultos, elucubrar o imaginar pensamientos de fenómenos u objetos que producen miedo