«El papel aguanta todo. Las sanciones buscan meter miedo»: Linares Beltranena
Temido y odiado por las izquierdas, Fernando Linares Beltranena es el diputado que logró frenar las malhadadas reformas constitucionales que la CICIG y Todd Robinson pretendieron imponer en Guatemala. Linares Beltranena, quien ha perdido la visa estadounidense en dos ocasiones, aclara varios puntos sobre las sanciones con las que «algunos gobiernos socialistas» pretenden intimidar a Guatemala para impedir que se investiguen los señalamientos de anomalías en el proceso electoral y en el partido Semilla.
Roxana Orantes Córdova
Linares Beltranena fue uno de los constituyentes jóvenes que redactaron la Constitución de 1985. Su trayectoria como legislador ha sido polémica, pero sus enemigos jamás lo señalaron de corrupto ni ladrón. Empero, le han llovido acusaciones, señalamientos y hasta sanciones de funcionarios izquierdistas en el Departamento de Estado de EE.UU., por exponer claramente sus posiciones, jamás sesgadas hacia la izquierda.
«Stephen McFarland fue el primero que me quitó la visa, por emitir opiniones que no fueron de su agrado. Presenté una queja ante autoridades estadounidenses y logré que me la restituyeran. Más adelante, Todd Robinson me retiró la visa por frenar las reformas constitucionales en el Congreso», recuerda.
Para Linares Beltranena, el Departamento de Estado estadounidense está plagado de izquierdistas quienes, a las órdenes de Joe Biden, cometen diversos atropellos contra personas de otros países que no se pliegan a sus intereses. Sin embargo, enfatiza en que las sanciones impuestas por este grupo de funcionarios: Anthony Blinken, Brian Nichols y Todd Robinson, distan mucho de llegar a promover invasiones armadas y tampoco tendrían efectos comerciales devastadores.
«Pueden quitar la visa estadounidense y en algunos casos, pueden aplicar la ley Magnitsky, como supuestamente se mencionó sobre Miguel Martínez. Esto implica que los señalados no puedan tener cuentas bancarias en EE.UU. y deban recurrir a sociedades anónimas o testaferros, además de que podría generar dificultades con el Banco de Guatemala para tener cuentas acá».
Sin embargo, «no pueden invadir. En el pasado, invadían. Se recuerdan casos como Panamá o Granada. Pero actualmente no pueden. Donald Trump intentó retirar a Nicolás Maduro y poner a Juan Guaidó. No pudo».
Otro elemento que se ha mencionado es el efecto comercial de las hipotéticas sanciones comerciales o económicascontra Guatemala, si el país osa continuar la investigación por supuestas anomalías electorales. Al respecto, el entrevistado considera que:
«Estarían afectando no solo a nuestros exportadores sino a los importadores estadounidenses que reciben productos baratos y de buena calidad desde Guatemala. Al quitar las importaciones desde acá, la diferencia la pagarían sus consumidores y el grupúsculo izquierdista del Departamento de Estado, se vería en problemas con sus votantes». En cuanto a la Unión Europea (UE), comenta:
«Nunca lo han hecho. Tendrían que probar, pero debe quedar claro que no se trata de un ataque estadounidense, país donde viven más de 330 millones de personas, ni internacional. Es el ataque de un grupo de gobiernos socialistas que son transitorios y tarde o temprano serán relevados».
Como contraste, Linares Beltranena menciona lo que denomina «invasión financiera de USAID a los 48 Ladrones», que viola la soberanía y es otra forma de invasión, diferente a un ataque por aire o tierra pero no menos real. «Es una clara agresión interna», afirma.
Y finalmente, sobre el papel de los medios de comunicación en esta coyuntura señala:
«Casi todos los medios se chairearon y sus coberturas son sesgadas a favor de la agenda de los izquierdistas. Lo positivo es que gracias a las redes, todos somos periodistas. La prensa perdió el monopolio de la información y prolifera la competencia que tanto odian los socialistas pero añoramos los que defendemos la libertad».