Se cumplen 60 años del día que cambió al mundo
Uno de los hechos más significativos del siglo XX ocurrió el 21 de noviembre de 1963, cuando John Fitzgerald Kennedy, presidente de los Estados Unidos, fue acribillado en un incidente que hasta la fecha no parece del todo esclarecido y sigue dando de qué hablar.
Redacción
El 21 de noviembre, Kennedy y su esposa Jacqueline iniciaron una gira por varias ciudades de Texas, con la intención de promover su candidatura para la reelección el próximo año. La mañana del 22 comenzó con un desayuno protocolario y poco después un discurso para la multitud agrupada frente al Hotel Texas de Fort Worth, donde se había hospedado y sus admiradores se congregaron para escucharlo. El discurso fue calificado de brillante por la prensa estadounidense.
A las doce menos cuarto, la pareja presidencial bajó del avión en Dallas, donde emprendieron el recorrido en un vehículo descubierto, aclamados por multitudes. Los Kennedy eran similares a las estrellas de rock de su época y motivaban pasiones entre sus fanáticos.
Mientras el mandatario era considerado uno de los mejores estadistas, su esposa se convirtió no solo en ícono de la moda, sino en referente de la esposa ideal estadounidense. Ambos jóvenes, adinerados y con alto perfil académico, también tenían historias dolorosas que hacían a los norteamericanos identificarse con ellos.
El atentado se produjo a las 12:30 y es muy conocido que Jacqueline trató de socorrer a su esposo, herido mortalmente y quien falleció poco después en el Parkland Memorial Hospital. El gobernador de Dallas resultó herido en el hombro. Aunque el autor del atentado, Lee Harvey Oswald, fue capturado rápidamente, su también rápida ejecución por parte de la mafia, consolidaron el suceso como un mito que permanece vigente y cada cierto tiempo, origina nuevas hipótesis, películas, series y novelas.
Indudablemente, la muerte de Kennedy sigue despertando pasiones a sus 60 años. Probablemente, porque el suceso fue un parteaguas entre una época que desde la distancia, se percibe como más inocente y amable que la actual.