Muertos en accidentes viales, nada nuevo en la Nueva Primavera
Por Julio Abdel Aziz Valdez
El 28 de febrero del 2025, 54 personas que se transportaban en un bus extraurbano, dentro de los límites de la ciudad, muerieron en un aparatoso accidente. Las imágenes eran desgarradoras, los muertos estaban entre los hierros retorcidos y los sobrevivientes salieron como pudieron en un rio de aguas negras.
Bernardo Arévalo llevaba ya un año como presidente y, al parecer la gestión y supervisión del transporte extraurbano no era prioridad en su gobierno, al parecer pocas cosas lo son ya que posteriormente vimos como las carreteras cayeron a pedazos por falta de mantenimiento, la seguridad se vino a pique con la fuga de peligrosos terroristas, las extorsiones siguieron a la orden del día, la salud y educación no aportaron más que pura corrupción. En fin, el desastre.
Pues bien, a tan solo días de cumplir con su segundo año en la presidencia, este gobierno confirmó, por si mi apreciación era tergiversada, que el transporte extraurbano, el que mueve a millones de guatemaltecos, no le importa y tanto es así que nuevamente ha ocurrido otro accidente con el saldo preliminar de 15 fallecidos a la altura del municipio de Nahualá.
Ese municipio donde hace algunas semanas hubo otra vez enfrentamientos armados que dejaron igualmente 15 fallecidos. Qué casualidad, porque se parece a la cantidad de 12 restos humanos localizados el 19 de este mes de diciembre en la zona 25 de la capital. Pero no nos desviemos y regresemos a la carretera; en efecto, este gobierno al parecer no hizo nada, porque nada aprendió del accidente del busazo de calzada la Paz, como se le llamó a la muerte de las 54 personas a inicios de este año.
Me gustaría hacer un recuento de estos accidentes en los últimos 20 o 30 años para confirmar que a los gobiernos en general la indiferencia a la muerte en la carretera es la misma, pero el detalle está en que este gobierno, el de Arévalo, llegó al poder (¿por fraude?) con la premisa de que acabaría con la corrupción y no más confirmamos lo que pasó con todos los anteriores: que si no son lo mismo pueden llegar a ser peores.
Este gobierno, en tan solo dos años (casi) con la mitad de su mandato, ha permitido la muerte de cientos de guatemaltecos por incapacidad, indiferencia y desidia. No hay logros más allá de los consabidos programas sociales que fomentan el clientelismo barato.
Estos accidentes volverán a ocurrir, una y otra vez, y claro, como los diputados y funcionarios de este gobierno en su desdichada existencia no los han utilizado, no les importa. Lo que sí importa es que, para el otro año, habrá más deuda y mayor recaudación fiscal porque necesitan del dinero de todos nosotros para mantenerse.
Ojalá que las imágenes de estos muertos queden en nuestra memoria cuando volvamos a ir a las urnas y veamos a los funcionarios de este gobierno pedirnos su voto afirmando que ahora si lo harán bien.



