Presupuesto 2026: Guatemala podría dar otro paso hacia la inflación y el desastre
Corre el rumor de que el Congreso pretende promover para mañana la aprobación del Presupuesto General de la Nación 2026, de Q163,783.4 millones millones, aunque el presupuesto 2025, de Q148,526.0 millones, apenas lleva ejecutado el 75.60% de los fondos.
Según el análisis publicado en 24:7 Prensa Digital por El Economista, cada ministerio y dependencia del Estado tiene montos que se podrían convertir en «bolsones presupuestarios» o fondos «inflados» cuyos exedentes bien podrían derivarse a otros usos.
Es preocupante que el Ejecutivo pida al Estado enormes sumas de dinero para X o Y destino que al final, tendrían un destino oscuro.
Sumado al increíble número de bolsones que evidencia el análisis del Economista, un documento del CACIF expone que en el presupuesto se observan: exoneración de procesos competitivos; fondos especiales sin control, fuera del sistema bancario tradicional; financiamiento de gastos de funcionamiento; recursos públicos en bienes no estatales y discrecionalidad en asignación de recursos.
El texto del sector privado organizado señala que todo esto redundaría en más riesgo de corrupción; dificultad para auditar; incremento del déficit fiscal; inversión en propiedades ajenas y debilitamiento institucional.
El Economista recomienda en su análisis una drástica reducción en los montos que pretende el gobierno, especialmente los que podrían generar los famosos bolsones presupuestarios, cuyo destino será incierto. Asimismo, está el grave e ilegal recurso de usar el dinero proveniente de colocación de bonos del Tesoro (deuda), para financiar el funcionamiento.
Aunque el panorama es grave desde cualquier perspectiva que se observe, es un hecho que el Congreso está alineado a los designios de Arévalo y Menkos. Hasta el momento, la Comisión de Finanzas, presidida por Julio Héctor Estrada, no ha presentado el dictamen y mañana sería un día clave, si es verdad que se promoverá la aprobación «de urgencia nacional» y si el pleno vota a favor.
En una perspectiva tan desoladora, lo único que cabe es soñar que los diputados opositores eviten el quorum, tal como hizo la UNE para bloquear los presupuestos de Jimmy Morales, y en un escenario ideal, esta ley quede sin aprobarse y Arévalo se vea obligado a «funcionar» el año entrante con el presupuesto actual, de por sí inflado y que el gobierno ya demostró, es incapaz de ejecutar.
Pero este es un sueño y la realidad es que Guatemala se encamina al desastre económico, gestado por burócratas y políticos a los que la patria poco les importa, en tanto ellos logren un enriquecimiento meteórico.








