Reino de la mente
Existe un reino llamado de la mente, de las emociones y sentimientos, y de la voluntad.
En este reino de la mente se encuentran las más grandes debilidades y frustraciones del ser humano. Y sin embargo, a pesar de tanta debilidad, la mente con los diez millardos de neuronas que tenemos, nos fue dada para que ni la cólera, ni la ira, ni la tristeza puedan gobernar nuestras vidas. Menos las drogas.
La vergüenza y el rechazo suceden en las emociones. La frustración y la ansiedad, la desesperación, y otros síntomas neuróticos son producto de ese cerebro entrenado para lo negativo y para el miedo.
Puede que te haya tocado lidiar con mucho rechazo y no encuentras la forma de superarlo, pero hay en ti un potencial y un talento biológico ( y espiritual ) que aplasta cualquier rechazo. Todo depende de cómo estás usando tu mente.
¿Por qué no se manifiesta este poder? Somos una humanidad diseñada para vivir desde el ámbito del espíritu. El ser humano es espíritu, alma y cuerpo. Y los tres desde un plano intencional, deben ser alimentados para poder ejercer la actividad y el comportamiento que produzca un madurez psicológica, que pueda gestionar las emociones para nuestro provecho y aprendizaje, y no para fluir en frustración y apego.
Porque es claro que existe una libertad espiritual frente a la conducta y el entorno: porque aunque somos de naturaleza biológica, psicológica o sociológica, no somos el producto fortuito del sumatorio de estos factores. El hombre mantiene la capacidad de elección.
La creación entera fue diseñada para manifestar grandezas anónimas o públicas, porque estamos dotados de una capacidad interna para fluír en un bienestar para sí mismo y para otros. El hombre, aún en condiciones trágicas, guarda la libertad interior de decidir quien quiere ser –espiritual y mentalmente–, porque incluso en esas circunstancias, es capaz de conservar la dignidad de seguir sintiendo como un ser humano. ¿Qué nos está pasando entonces?
La creación entera tiene expectativas de lo que tú piensas hacer. Está esperando tu manifestación, que pueda desatar a otros de la esclavitud que existe.
El universo entero, los vientos y las propias tormentas, te ven caminar, y dicen; ¿por qué anda en derrota, si en su interior está todo el poder que necesita?. Si tan solo domina el reino de la mente.
Todo lo negativo que te dice tu mente es falso, es mentira.
Debes tener la absoluta seguridad de que no eres quien crees que eres….eres mucho más. Frase célebre de Alejandro Jodorowsky
La creación fue sujetada a vanidad y está esperando por un nuevo estilo de humanos. Anhela esta nueva humanidad, porque la actual está sujeta con un candado. Está encadenada a la oscuridad, y nosotros somos la respuesta a la creación. Y le han de haber dicho a la creación: No te puedo desencadenar hasta que escuches el sonido de los hijos de Dios. Ellos son los que van a cambiar este mundo al quitar las cadenas que tienen sujeta a la creación a través de pensamientos de amargura. Imagínese que tenemos 600,000 pensamientos diarios, y el 80 por ciento de estos pensamientos son negativos.
Usted se puede imaginar la energía que existe en el mundo a causa de esto. Los seres humanos o andan enojados o están tristes o andan drogados, o se mueren por ser millonarios. Sino fuera así, nadie se metería al negocio de las drogas.
Su vida tiene que tener sonido. Hay una gran diferencia entre hacer ruido y tener sonido. En tu vida debe haber sonido, pero no ese ruido tonto que hacemos muchas veces con nuestras quejas y lamentos, sino un sonido que venga de nuestro interior y que tenga el sello del Altísimo que pueda cambiar nuestra vida y la de los demás.
Vamos a tener que dar a luz a esos hijos maduros. Hijos sin miedo, con valor, con voz de autoridad, como la voz de un Padre que le habla a su hijo pequeño. Porque la creación no va a ser engañada con falsificaciones, ni a los demonios y potestades los vamos a engañar viviendo una vida de apariencia.
No importa si tienes o no debilidades, hay algo dentro de ti que es de Dios, y Dios necesita usarte para que la Tierra se desencadene de la vanidad, y la vanidad de nuestro corazón también caiga de rodillas.
Nuestro espíritu sabe exactamente qué pensar y entiende que caminaremos por donde nadie ha caminado y haremos cosas que nunca se han hecho. Porque desde hace dos mil años se nos dijo: “Somos la sal de la tierra y la luz del mundo”.
Y el mundo será iluminado a causa nuestra.
¿Sucederá contigo, o tú ya te diste por vencido y tendrá que suceder con la próxima generación?. Nadie te puede obligar a creer y a actuar, pero para que esto suceda, el único impedimento eres tú. Eres el único que puede abortar tu propio plan; tú mismo y tu incredulidad.
William Shakespeare decía: Nuestros cuerpos son nuestros jardines, y de ellos, de esos jardines preciosos nuestra voluntad, es el jardinero. Se necesita voluntad para hartarse de vivir en derrota. Voluntad para hartarse de vivir enfermo, de vivir sumido en carencias, en pleitos y en contiendas.
Las limitaciones físicas de mi cuerpo, dicen los expertos, suceden porque nos han sido enseñadas, limitaciones que han sido aprendidas. Hemos aprendido que a cierta edad todo me duele, todo me falla y que después de la jubilación hay que meterse en la cama y ver si nos morimos. Que el ejercicio es para los jóvenes y que el amor se termina a cierta edad. Se te ha sometido a lo que constituye un adoctrinamiento sobre tus propios límites como ser físico. Y lo hemos recibido como creencia, y lo que no hemos entendido es el hecho que nos convertimos en aquello que creemos y que pensamos durante todo el día y de que esos pensamientos se convierten en nuestra vida.
Proverbios dice: “Cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”
La gran tragedia del ser humano no es la muerte, sino lo que muere en tu interior cuando estás vivo. La razón básica de si la muerte te produce ansiedad es el hábito de toda una vida creyendo que tu cuerpo eres tú. Tú eres alguien más, eres un ser espiritual viviendo una experiencia humana, y no un ser humano que a veces vive experiencias espirituales. Tenemos una morada en los cielos, somos eternos y venimos a este mundo equipados para vencer.
LO QUE SUCEDE, es que nuestro espíritu está dormido. Y Nuestra mente sigue en control: sigue decidiendo, y continua teniendo las mismas percepciones tóxicas que aprendió de niño. Y no despierta porque el alma todavía domina el nivel de creencias y de pensamientos. Y el alma no puede decidir correctamente, porque está sujeta a vanidad. Necesita del espíritu.
Si yo te dijera lo que es la vanidad.. Es un ropaje de toda la inseguridad que tenemos que es capaz de hacerse una cirujía en la cara y quedar muy bien. Y luego, repetirla por seis veces hasta quedar desfigurada.
Y lo que pensamos es lo que cuenta. Los pensamientos curan más que los medicamentos. Los medicamentos hacen efecto cuando nuestros pensamientos los inducen a hacer efecto.
No te asustes de nada. Si lo que temes es la pobreza, no le tengas miedo, vive con gozo y entiende que si tu no le permites pasar, tendrá que irse; lo mismo con la enfermedad, es sólo un visitante que cuando mire lo que piensas sabrá que no puede entrar en ti, y que su estadía tendrá que ser temporal. No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido. Mira las aves del cielo, no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y vuestro padre celestial las alimenta, no valéis vosotros mucho más que ellas. NO le tengas miedo a la gente, “Maldito el que confiare en el hombre, dice la Biblia”, ponte de pie y confiesa como dice Isaías : A Jehová de los ejércitos, a El santificad, sea El vuestro temor y El sea vuestro miedo. Esperaré pues a Jehová y en El confiaré.
Y esto no es religión. Es un estilo de vida.